La crisis climática necesita medidas puntuales y, más allá de la reducción de contaminantes como se ha visto durante la pandemia del coronavirus (COVID-19), se deben unir esfuerzos globales, señaló la organización ambientalista Greenpeace.
“Si bien es cierto que en países como China y España se han registrado bajas importantes de dióxido de carbono (CO2) en la contaminación de aire, no es algo que podamos celebrar como un triunfo climático”, destacó Bruno Giambelluca, miembro del equipo de Clima y Energía de Greenpeace Colombia.
“Es necesario bajar las emisiones de manera constante con un plan global. Los resultados deben surgir como consecuencia de ese trabajo, y no como efectos colaterales de una pandemia. Debemos unirnos en la lucha climática, que también es global y no conoce de fronteras”, aseguró.
La organización apuntó que entre febrero y marzo, las emisiones de CO2 cayeron casi una cuarta parte en China en relación con 2019, ante las medidas de aislamiento social, mientras que en Italia y Estados Unidos, dos de las naciones más afectadas por la pandemia, registraron una caída en sus emisiones.
“Esto sólo sucedió porque una gran parte de las actividades humanas se ven obligadas a detenerse, en condiciones dramáticas y con graves consecuencias sociales y económicas. Las medidas temporales tomadas para enfrentar al COVID-19 no constituyen una respuesta duradera al desafío del cambio climático”, manifestó Giambelluca.
“No hay nada de qué alegrarse, ya que estos descensos únicos se producen después de un largo periodo de aumento continuo: los últimos cinco años han sido los más calurosos registrados, según el Servicio Europeo de Cambio Climático”.
“Estas situaciones evidencian aún más la grave emergencia climática que el mundo enfrenta. Nuestras acciones deben estar a la altura, ese debe ser nuestro compromiso”, resaltó.
Greenpece apuntó que las bajas en los niveles de contaminación están vinculadas a la reducción de las actividades industriales, que dependen en gran medida del carbón y el petróleo, así como la desaceleración del tráfico aéreo global y del uso de automóviles.