La economía mexicana se recuperará lentamente en 2020 con un crecimiento de 1.0 por ciento como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), impulsado por el dinamismo del consumo, señaló la firma financiera internacional, Moody’s Investors Service.
En un nuevo reporte afirmó: “Después de una década de crecimiento constante, se contrajo a 0.1 por ciento en 2019, pero probablemente se recuperará a 1.0 por ciento en 2020 y 2.1 por ciento en 2021”.
En su reporte titulado: Los hogares contribuirán poco a la modesta recuperación de México, la firma detalló que después de una década de crecimiento estable, la actividad económica de México cae a su ritmo más bajo desde 2009.
Explicó que debido a su naturaleza de largo plazo, la confianza del consumidor y el lento crecimiento del empleo tienen un fuerte efecto en la demanda de vivienda.
“La confianza del consumidor y el lento crecimiento del empleo limitan el crecimiento de la demanda de vivienda”, apunta Gersan Zurita, un Senior Vice President de Moody’s. “Mientras que el empleo, factor determinante de la demanda de vivienda, continúa creciendo, se ha desacelerado al tiempo que también se desaceleran los sectores manufacturero y del turismo.”
No obstante, las remesas provenientes de Estados Unidos, las cuales representan una porción creciente del consumo privado en México, continuarán soportando el consumo de los hogares — especialmente en el segmento de materiales para la construcción, aunque cualquier disminución en el empleo o ingresos en Estados Unidos, y por lo tanto de las remesas, pudiera afectar el consumo en ciertos estados más dependientes de estos ingresos.
El reporte de Moody’s también señala que las remesas provenientes de Estados Unidos, las cuales representan una porción creciente del consumo privado en México, continuarán soportando el consumo de los hogares, especialmente en el segmento de materiales para la construcción.
Michoacán, Jalisco y Guanajuato son los tres mayores receptores de flujos de remesas, con 10 por ciento del total.
“El crecimiento de las remesas se ha acelerado en los últimos cinco años, duplicando su participación en el consumo privado al 5.5 por ciento y las entradas de dichas transferencias ascienden a 36 mil millones de dólares anuales o 3.0 por ciento del PIB”.
Gersan Zurita, senior vice president de Moody’s, advirtió que “cualquier disminución en el empleo o ingresos en Estados Unidos, y por ende de las remesas, pudiera afectar el consumo en ciertos estados más dependientes de estos ingresos”.