Horas después del funeral del comandante iraní de la Guardia Revolucionaria, Qasem Soleimaní, quien murió durante un ataque de aviones no tripulados ordenado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Irán respondió este martes con el lanzamiento de misiles balísticos contra dos bases militares en Irak donde se encuentran fuerzas estadounidenses.
La tensión entre Estados Unidos e Irán escaló desde el viernes 3 de enero, cuando al menos cinco miembros de la milicia iraquí y dos invitados iraníes murieron en un ataque realizado por fuerzas estadounidenses en las inmediaciones del aeropuerto internacional de Bagdad.
Por esta agresión, el líder espiritual de Irán, el ayatola Alí Jameneí, amenazó con una severa venganza; postura que respaldó el presidente de Irán, Hasan Rohani.
Previo al ataque contra las bases en Irak, el Parlamento de Irán aprobó designar como organizaciones terroristas al Pentágono y a las fuerzas estadounidenses desplegadas en su territorio.
Los legisladores iraníes también votaron a favor de asignar 220 millones de dólares de las Fuerzas Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de la República Islámica, con la intención de utilizarse contra Estados Unidos a modo de venganza.