Los gobiernos de España y México intentan conspirar contra la reconstrucción democrática de Bolivia en servicio a Nicolás Maduro y a los líderes cubanos, aseguró este sábado el expresidente y delegado especial boliviano ante la comunidad internacional, Jorge Tuto Quiroga.
“Este ataque va a continuar, debemos ser firmes en la defensa, firmes contra Maduro, Castro y los socialistas criminales y absolutamente inamovibles en nuestra defensa contra lo que están haciendo México y España ¿nos creen por tontos?”.
“Son países tan grandes y tan dignos al servicio de los Castro y Maduro para conspirar contra la reconstrucción democrática boliviana“, expresó en conferencia de prensa.
Reiteró sus descalificaciones contra el presidente Andrés Manuel López Obrador, y el español, Pedro Sánchez, a quienes llamó “padrinos de tiranos” por permitir la víspera que encapuchados en vehículos diplomáticos españoles, buscaron ingresar a la residencia de la embajada mexicana.
Quiroga adelantó que su país presentará una denuncia ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Grupo de Lima por ese hecho, que calificó como “ataque”.
“México no es parte del Grupo de Lima y España tampoco, son amiguitos de Maduro y tenemos que mostrar que el punto neurálgico para recuperar democracia y libertad en nuestra región ya no está en Venezuela, sino la lucha central está acá”, por lo que realizaremos elecciones limpias”, concluyó, según la Agencia Boliviana de Información.
El Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación español informó previamente que la visita de su representante, Cristina Borreguero, a la embajadora de México en Bolivia, María Teresa Mercado, fue “exclusivamente de cortesía” y negó favorecer la salida de los exfuncionarios de Evo Morales, que se encuentran asilados en la residencia mexicana.
Los desencuentros entre México y Bolivia surgieron luego de la renuncia del expresidente boliviano Evo Morales, el pasado 10 de noviembre, y su posterior asilo en México, país al que llegó el día 12 del mismo mes, a bordo de un avión de la Fuerza Aérea Mexicana que lo fue a “rescatar” en territorio boliviano.
En México, Morales acusó que fue víctima de un “golpe de Estado” orquestado por los militares, los grupos de derecha y la Organización de Estados Americanos (OEA), y llamó a resistir y bloquear las entradas a las principales ciudades de su país.
El nuevo gobierno boliviano, encabezado por la presidente interina Jeanine Áñez, manifestó su rechazo a las expresiones de Morales y pidió a México que evitara ese tipo de actividades. Al mismo tiempo, varios exfuncionarios del gobierno dimitente se refugiaron en la embajada mexicana en Bolivia, donde recibieron asilo diplomático.