La oposición demócrata se anotó ayer una victoria en su investigación para someter a un juicio político a Donald Trump, cuando un gran aliado del presidente de Estados Unidos admitió haber condicionado la ayuda militar a Ucrania a que Kiev investigara a Joe Biden, su principal rival demócrata.
En un sorprendente cambio de posición, uno de los protagonistas de la política hacia Ucrania y embajador de Estados Unidos ante la Unión Europea (UE), Gordon Sondland, validó la tesis principal que busca demostrar la investigación contra Trump: que la Casa Blanca congeló la entrega de 400 millones de dólares a Ucrania hasta que se comprometieran a investigar a los demócratas.
Sondland se convirtió así en el primer integrante del “canal paralelo” formado informalmente para manejar la política estadounidense hacia Ucrania en reconocer que la ayuda militar tardó en entregarse por motivos partidistas, algo que la Casa Blanca niega pero que han afirmado otros testigos clave en la investigación.
Los comités que investigan a Trump publicaron una transcripción del testimonio original de Sondland el pasado 17 de octubre, y también un anexo que el embajador ante la UE envió a ayer. En ese anexo, Sondland afirma que la comparecencia de otros testigos le ha “refrescado la memoria sobre ciertas conversaciones” relativas a Ucrania. El diplomático asegura que nadie en el gobierno le explicó, y “aún” no sabe, “por qué se suspendió” originalmente la entrega de 400 millones de dólares a Ucrania..
Sin embargo, “a principios de septiembre, y ante la falta de explicaciones creíbles sobre la suspensión de ayuda”, Sondland dice que “asumió que se vinculó a la insistencia de Trump de que Ucrania hiciera una “declaración” pública de que investigaría ciertos actos de “corrupción”.
Pero la clave del nuevo testimonio de Sondland está en que admite que él mismo comunicó a un asesor de Zelenski, Andréi Yermak, que la entrega de la ayuda estaba condicionada a esa investigación partidista, durante una reunión en Varsovia el 1 de septiembre.