El presidente de Chile, Sebastián Piñera, descartó renunciar y admitió por primera vez estar dispuesto a reformar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, en un intento por acallar las protestas que siguen vivas en las calles del país después de 20 días.
El mandatario, que llevaba días en silencio, concedió una entrevista a la BBC de Londres -difundida este martes- en la que afirmó que no dimitirá pese a las masivas protestas antigubernamentales marcadas por la violencia en las últimas jornadas, con enfrentamientos que la noche del lunes dejaron a dos policías heridos por bombas incendiarias.
Al ser consultado sobre los llamados que se escuchan en Chile para que dimita, el mandatario conservador contestó tajantemente: «No».
La Constitución establece que si se produce una renuncia antes de que falten dos años para completar el mandato de cuatro años -cumple 24 meses en el poder el próximo mes de marzo-, el presidente es remplazado por el ministro del Interior, quien debe convocar a nuevas elecciones. Quien gane esos comicios, asume hasta que finalice el mandato original de Piñera. En caso de una renuncia a menos de dos años, es el Congreso quien debe decidir el nombre del reemplazante.