Familiares y allegados acudieron este viernes a la funeraria Caballero Rivero de Westchester (Florida), un barrio popular del centro de Miami en donde se realizaron las primeras exequias del cantante mexicano José José, quien murió el pasado 28 de septiembre.
El cuerpo del “Príncipe de la Canción”, quien falleció a los 71 años en un hospital de Miami, fue velado en esta funeraria de forma privada luego de un acuerdo entre los hijos del artista.
Tras la despedidas en Miami y en México, los familiares planean enterrar el cuerpo de José José en el Panteón Francés de la capital mexicana junto a los restos de su madre, Margarita Ortiz, fallecida en 2004, según dijo la ex representante del cantante Laura Núñez.
Este viernes, Sarita y Marysol, hijas del cantante, fueron de las primeras en entrar y lo hicieron por separado por la puerta trasera de la funeraria, a donde también llegó José Joel, otro hijo del intérprete, ante la mirada de los periodistas apostados en los exteriores y poco más de una decena de seguidores.
Figuras de la música en español como el salsero Gilberto Santa Rosa acudió también para despedirse del ícono de la música romántica, de quien dijo era “un hombre encantador y una persona que no hacía diferencia por ser una superestrella”.
Santa Rosa aseguró que la última vez que vio al mexicano “estaba lleno de vida y con muchísima amabilidad”. “Hablamos muchísimo ese día, nos reímos muchísimo y él siempre estaba haciendo plan”, añadió.
A este recinto, que se calcula tiene capacidad para unas 300 personas, acudió también el presidente de Sony Music México, Roberto López, quien destacó las cualidades de José José y dijo que había que seguir su ejemplo en lo humano y profesional.
“Su música es el legado que va a quedar para siempre”, aseveró poco antes de entrar a la funeraria.
El compositor español Alejandro Jaén, las periodistas y presentadoras de televisión María Celeste Arrarás y Lili Estefan, fueron algunas de las personalidades que entraron a la funeraria para despedir al intérprete de “El triste”, el tema de Roberto Cantoral que cantó en el II Festival de la OTI en 1970 y que propulsó su carrera.
En los exteriores de la funeraria se pudo observar algunos arreglos florales llevados por sus seguidores, como el joven venezolano Luis Brito, quien llegó con un ramo de rosas y una fotografía de José José, un artista que, dijo, lo marcó a lo largo de su vida.
“Fue un ser muy querido por el mundo, especialmente por los venezolanos”, apuntó.
Jimmy Jaime, con un retrato del cantante hecho por él mismo con el fin de entregárselo a la familia, dijo que hizo el dibujo el día que murió José José como muestra “de admiración y como regalo para los familiares”.
“Desde muy pequeño en casa escuchaba sus canciones y crecí con su legado de letras muy profundas, unas letras que reflejan amor y pasión”, comentó.
El último adiós al artista mexicano había quedado empañado por la disputa familiar protagonizada por sus hijos.
Los hermanos mayores, José Joel y Marysol, fruto de la unión del cantante con su segunda esposa, Ana Elena “Anel” Noreña, no tuvieron comunicación con la hija menor del cantante, Sarita Sosa, que se había hecho cargo de los cuidados del cantante en el último año y medio.
Tras la llegada de José Joel y Marysol el pasado domingo a Miami, y después de un periplo por el hospital donde supuestamente falleció, dos funerarias y una comisaría, los hijos limaron asperezas esta semana con mediación del cónsul mexicano Jonathan Chait
Los tres llegaron a un acuerdo para organizar las despedidas en Miami y Ciudad de México, donde también se prevé que habrá un concierto en su honor en el Auditorio Nacional “en semanas posteriores”.
“Creo que todo esto que pasó no lo merecía él, un personaje que ha dado mucha alegría y ha tenido un récord muy grande”, apuntó en declaraciones a Efe Ángela Páez, otra vecina de Miami que se desplazó la funeraria para rendir tributo al mexicano.
José José nació en Ciudad de México en 1948 en el seno de una familia de músicos. Comenzó su carrera en la adolescencia tocando la guitarra y más adelante se unió a un trío de jazz y bossanova en el que se encargaba de cantar y tocar el bajo y contrabajo.
Aquejado de un cáncer de páncreas y tras una vida de claroscuros, con periodos de adicciones a las drogas y al alcohol, José José llegó a Miami en 2018 para tratarse la dolencia y quedó al cuidado de Sara Sosa.