A Joaquin Phoenix se le ha puesto cara de Oscar, pero trata de disimular. Su impresionante rol en «Joker» domina las quinielas de los premios, pero él insiste ante los medios en hablar sólo de la cinta: una mirada absorbente, provocadora y desbordante a los inicios del enemigo de “Batman”.
«Acusar a una película de glorificar la violencia es absurdo», aseguró ante el estreno este viernes de un filme que bebe del cine de Martin Scorsese («Taxi Driver», «The King of Comedy») y que ha dirigido Todd Phillips («The Hangover») con Robert De Niro redondeado el reparto.
Algo intimidante de primeras, aunque luego se relaja, Phoenix se muestra como un actor astuto y, sobre todo, que va a su aire: sin representantes ni publicistas a su lado, enciende un cigarro en un hotel de Beverly Hills para hablar de la perversa mutación de “Arthur” en el “Joker” y de las críticas que ha recibido la película por presuntamente alentar la violencia.