Estados Unidos anunció este jueves que reducirá a 18 mil el número de admisiones de refugiados para el año fiscal 2020 (que va de octubre de 2019 a septiembre 2020), la cifra más baja desde hace décadas y alegó que su intención es tomar decisiones «basadas en la realidad».
Se trata de un número considerablemente inferior al «techo de refugiados» impuesto por las autoridades estadounidenses para el año fiscal 2019, que establecía la admisión de 30 mil personas.
En suma, estas cantidades son muchísimo más bajas que las que hubo durante la Administración del ex presidente Barack Obama (2009-2017), quien abrió la puerta a unos 110 mil refugiados en el año fiscal 2017 y a unos 85 mil, en 2016, coincidiendo con la huida de miles de personas de la guerra en Siria.
Para justificar su decisión, el Departamento de Estado de EU aseguró en un comunicado que en el «centro de la política exterior de la Administración Trump está el compromiso de tomar decisiones basadas en la realidad, no en los deseos, y de impulsar resultados óptimos basados en hechos concretos».
EU afirmó que está trabajando para «atacar los problemas en la fuente» donde se originan y que, por eso, «está trabajando duro para resolver los conflictos en Siria y Afganistán, fortalecer las economías y los Gobiernos de los países de Centroamérica y fortalecer el Gobierno legítimo de Venezuela contra la tiranía de (Nicolás) Maduro».
En realidad, Trump ha recortado la ayuda para los países del Triángulo Norte de Centroamérica (El Salvador, Honduras y Guatemala), y ha alcanzado acuerdos con ellos y con México para limitar el número de solicitantes de asilo que llegan a territorio estadounidense.