Las políticas actualmente en marcha en Estados Unidos, México y varios países centroamericanos ponen a muchos migrantes en peligro de sufrir violaciones de derechos humanos y abusos, afirmó la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet.
En la apertura de la 42ª sesión del Consejo de Derechos Humanos, que se celebrará durante tres semanas, denunció que al menos 35 mil solicitantes de asilo fueron bloqueados en zonas fronterizas de México en lo que va de año, y aumentaron las detenciones y deportaciones de migrantes tanto en ese país como en Guatemala y Honduras.
Bachelet subrayó que estas políticas podrían violar los derechos de colectivos vulnerables como los menores de edad, en un momento en el que «niños migrantes continúan siendo recluidos en centros de detención de Estados Unidos y México», al tiempo que Washington considera cambios legales para permitir que estas detenciones sean permanentes.
«En EU, una nación construida a base de recibir migrantes, recientes medidas han reducido su protección, lo que me preocupa profundamente, especialmente la continuada separación de niños migrantes de sus padres», criticó la expresidenta chilena.
Bachelet también aseguró que el endurecimiento de las políticas migratorias en la región no detendrá el movimiento de familias que huyen de problemas causados por la inseguridad, la corrupción o las consecuencias del cambio climático, sino que abocará a muchos a emprender rutas más peligrosas.
En ellas «podrían exponerse a la violencia física y sexual» y caer en manos de redes de tráfico de personas, advirtió la alta comisionada.
México alcanzó en junio un acuerdo con Estados Unidos para endurecer su política migratoria -que incluyó el despliegue de militares en las fronteras- con el fin de evitar una probable guerra comercial con la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump.
Según datos del Instituto Nacional de Migración mexicano, este año ha habido una reducción del 56 % en el flujo migratorio, y se deportaron en lo que va de 2019 más de 100.000 indocumentados, más de la mitad de ellos en los tres meses transcurridos desde el acuerdo migratorio entre México y Estados Unidos.