La Auditoría Superior de la Federación (ASF) tiene planeado no dejar un peso sin revisar del gasto federal ejercido por las siete mil instituciones públicas escrutadas y para ello usarán nuevas tecnologías y el apoyo de jóvenes egresados de la carrera de Ciencia de Datos de la UNAM.
En entrevista con El Universal, el auditor del gasto federalizado, Emilio Barriga, explicó que esto es necesario porque una vez que se apruebe el Tratado México, Estados Unidos, Canadá (T-MEC), el capítulo anticorrupción obligará a las autoridades del país a poner en marcha una auditoría más especializada que la que actualmente se realiza.
«Son dos billones [de pesos] los que tenemos que revisar anualmente y es una multiplicidad de fondo. Tenemos que asegurarnos de que se haya hecho un buen uso de esos recursos», mencionó.
La Auditoría realizó un convenio con la UNAM para que egresados de la carrera de Ciencia de Datos colaboren con la dependencia. «Queremos que nos ayuden a construir y a programar algoritmos que nos permitan identificar alguna irregularidad».
A los siete mil entes que ejercen el gasto público en todo el país se les realizan cerca de 36 millones de facturas electrónicas por año, y para poder detectar redes de corrupción entre los ejecutores de los recursos y los proveedores, el análisis tarda meses. Así que algunos de los algoritmos, dice el funcionario, ayudarían a identificar contrataciones de empresas fantasma y casos de dos o más firmas que tengan al mismo dueño, así como compra de facturas falsas.
Barriga señaló que los resultados serían palpables, como no dejar un peso sin auditar, pues ya no se tomarían muestras para fiscalizar sólo una parte del gasto; se podrían reconocer redes de corrupción en horas, incluso se evitarían intentos de sobornos.