Fortalecer la agricultura en las zonas tropicales y las tierras áridas, hogar de algunas de las poblaciones más vulnerables del mundo, así como alcanzar el Hambre Cero e impulsar iniciativas centradas en lograr una agricultura más sostenible, serán las prioridades del nuevo director de la FAO, Qu Dongyu.
El directivo, que sustituyó a José Graziano Da Silva, subrayó la importancia de que la Organización amplíe sus nuevas alianzas y los mecanismos de cooperación, incluso con otros organismos de Naciones Unidas, gobiernos, empresas e instituciones académicas y de investigación.
Sin embargo, de acuerdo con un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) la semana pasada, advirtió que el uso de microplásticos en el mundo creció exponencialmente desde la década de 1950 hasta rebasar los 320 millones de toneladas en 2015 y éstos se han detectado en alimentos de consumo humano.
Los microplásticos fueron detectados en alimentos como la cerveza, la miel y la sal de mesa, pero son los mariscos la fuente mejor conocida a la que se expone el consumidor, ya que más de 220 especies diferentes ingieren desechos microplásticos en condiciones naturales, muchas de ellas consumidas por humanos, como mejillones, ostras, almejas y camarones.
Además, a principios del mes pasado el organismo apuntó que las condiciones climáticas secas representan una de las causas principales de los altos niveles de inseguridad alimentaria grave, ya que dificultan la disponibilidad y el acceso de alimentos a millones de personas, una situación que amenaza principalmente a África.
En ese entonces consideró que desde hace tres meses un total de 41 naciones, de las cuales 31 están en el continente africano, necesitan ayuda externa para obtener alimentos. En su informe Perspectivas de Cosechas y Situación Alimentaria, la agencia reveló que el daño que han causado los ciclones y los déficits de lluvia de este año tuvieron como consecuencia pérdidas en la producción agrícola en el sur de África.
Ante ese panorama, Qu Dongyu exhortó a adoptar medidas urgentes para lograr el Hambre Cero y la erradicación de la pobreza, al tiempo que se impulsa el desarrollo agrícola y rural sostenible mediante la innovación, incluida la digital, con especial atención a fortalecer la agricultura en las zonas tropicales y las tierras áridas, hogar de algunas de las poblaciones más vulnerables del mundo.
El biólogo y ex viceministro de Agricultura y Asuntos Rurales de China, quien ganó en junio pasado las elecciones para dirigir la FAO con sede en Roma, destacó “el papel crucial que la FAO -con 194 Estados Miembros-, puede desempeñar para hacer frente a los principales desafíos mundiales”.
Entre los desafíos, mencionó, “el aumento de las tasas de hambre y malnutrición; los riesgos para la agricultura relacionados con el cambio climático; el agotamiento constante de los recursos naturales y la contaminación ambiental; y la creciente propagación de las plagas y enfermedades transfronterizas de animales y plantas”.
Qu Dongyu se comprometió a convertir a la FAO en una organización internacional con una gobernanza interna de primera categoría a nivel mundial. “Esto significará prestar especial atención a los jóvenes que trabajan en el organismo de las Naciones Unidas, pero al mismo tiempo reconocer el valor y la experiencia del personal superior”.
El directivo, que tomó posesión como director de la FAO la semana pasada, se impusó con 108 votos a favor a su adversaria, la francesa Catherine Geslain Lanéelle -apoyada por la Unión Europea-, quien sólo tuvo 71 votos. Mientras que en tercer sitio de la votación fue para el georgiano Davit Kirvalidze, con 12 sufragios. La votación registró una sola abstención, que fue secreta.
Qu Dongyu, de 55 años, quien el día de su elección calificó la fecha como «histórica», se comprometió a actuar de manera «imparcial y neutral» durante su mandato que se extenderá hasta 2023.