México: Masacres en Marcha Como en Campos de Exterminio del Pasado

NIDIA MARIN
Una ironía de la vida es la aparición en la República Mexicana de lugares similares a los campos de exterminio de Europa hace más de ocho décadas, hacia donde fueron deportados por los nazis 1.3 millones de seres humanos en el siglo XX.
El genocidio en nuestro país está en marcha.
Con ese tipo de criminalidad en tiempos idos, México hoy se asemeja a Auschwitz, aquel nefasto lugar que alcanzó la tasa más alta de muertes y torturas en el mundo durante muchas décadas.
Desde hace años, y sobre todo actualmente, en nuestro país se reincide en ese patrón convertido en inolvidable por el tipo de masacres perpetradas y dadas a conocer tras el descubrimiento, por grupos de madres y padres buscadores. El más reciente fue en el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, uno de las decenas de lugares dedicados por los narcotraficantes a la tortura y asesinato de cientos o miles de personas.
Sin que ninguna autoridad (hoy en tela de juicio) se enterara no obstante la exhibición de desechos de ropa y artículos de seres humanos, ahí el Cártel Jalisco Nueva Generación torturó y mató a cientos.
Pero lo mismo sucedió en otros años, en otros sitios del país por estos y otros delincuentes (porque hay más campos de exterminio), donde los cárteles de Sinaloa (Chapos y Mayos), de Michoacán, (sus 14 grupos criminales); de Guerrero, (los Tlacos, Los Rojos, Los Ardillos y demás); de Chiapas, el Nueva Generación y Los Chapos, asesinaron a miles, ya que en nuestra podrida República hay 7 grandes carteles y 170 grupos del crimen organizado.
El fondo de estos crímenes ha sido y es en contra de quienes se niegan a ser la “mano de obra” para los narcos, es decir, ser los corredores y vendedores de droga o rechazan asesinar por instrucciones de los jefes a los rivales y en general por desobedecer las órdenes.
Así como llegaban a Auschwitz los judíos deportados de diversos países europeos, en Teuchitlán, Jalisco (y en otros crematorios y tumbas) también fueron concentrados cientos de ciudadanos, en su mayoría jóvenes, cooptados en terminales de autobuses o centros de trabajo de diversas partes de la República (no solamente de aquella entidad), en ese caso por el Cartel Jalisco Nueva Generación, aunque la técnica es desarrollada por la mayoría de los cientos de grupos que operan en la República Mexicana.
LOS CAMPOS DE LA
MUERTE DE MEXICO
Los nombres de esos lugares de exterminio dados a conocer por los medios de comunicación desde hace por lo menos seis años son, por ejemplo, dos llamados “La Gallera”, uno en Veracruz y otro en Tijuana. En el segundo caso se supo y se publicaron las acciones de “El Pozolero”, Santiago Meza Flores.
Otro sitio reconocido como campo de exterminio fue “La Bartolina”, ubicado en Matamoros, Tamaulipas, frontera colindante con Bronsville, Texas y uno más en la Sierra de Cucharas, donde Los Zetas eran los verdugos.
Además, los hay en Río Verde, San Luís Potosí y otro en Nogales, Sonora, (en el cual aseguran los medios de comunicación se encontraron cerca de 100 cadáveres).
Son muchos a lo largo y ancho de la República Mexicana, lo mismo en Coahuila, que en Michoacán y Nuevo León. También las decenas de casos en el ejido “El Siete” ubicado en la biósfera “El Cielo”, donde encontraron más de 200 cuerpos descuartizados y calcinados.
Desde antes de 2015 principiaron este tipo de operaciones masivas sangrientas, lo mismo perpetradas por “Los Zeta”, que por el Cártel de Sinaloa, con una cifra superior a los 3,000 restos óseos, por lo cual hoy la secuela vuelve a causar temor e ira entre los mexicanos, mientras las autoridades continúan negando los hechos y en el mejor de los casos minimizándolos.
Es evidente, en los persistentes sucesos de sangre ocurridos en campos de exterminio, que hay conexidad de delitos ya que fueron cometidos simultáneamente por varias personas reunidas.
Y he aquí unos versos del corrido “Masacre en El Cajoncito”, de Juan Villarreal García:
“Por el rancho limoncito / En una dobla rodado / Ivan Crecencio y sus hijos / Rubén y Jesús Cañados/ Y Humberto, de El Cajoncito / Por los Torres muy mentado
“El 14 de Febrero, año 2001 el caso / Como si fueran cuatreros / De pronto cierran el paso / Hombres vestidos de verde/ Dispuestos a echar balazos/
“Somos gente del gobierno / Cumplimos nuestras labores / Así dijeron sonriendo / Buscamos a Javier Torres / Sé que lo están encubriendo
“Empiecen a hablar señores / Crecencio no creyó nada / De los supuestos agentes / Adivino la redada
“Salto y corrió de repente / No le dieron tiempo a nada / Alcanzaron a dar muerte / Como a gente que ahí se encontraba
“Que de todo eran testigos / También les tocó a los niños / Gran masacre inesperada / No dejaron ni uno vivo
“Ya con esta me despido / Pero les dejo un recado/ A Javier Torres les digo / Nadie hasta hoy lo ha burlado/ Preferible ser amigo / Que tener los días contados…”

 

Acerca de misionpo 44434 Articles
Noticias nacionales e internacionales. Investigación y reflexión política.