Pablo Cabañas Díaz
Raquel Tibol (1923- 2015), desarrolló una obra trascedente como investigadora y estudiosa del arte mexicano. Su relación con Diego Rivera le permitió acercarse a otros pintores como David Alfaro Siqueiros, con quien no sólo profundizó en los temas de su pintura, sino que logró penetrar en su vida: el propio pintor le proporcionó su archivo personal, con el que conoció su relación con escritores, artistas plásticos y su militancia política. Tibol estudió también las obras de Frida Kahlo y José Clemente Orozco. Sus trabajos son el resultado de exhaustivas investigaciones y análisis desde la perspectiva histórica y la estética, este es el caso de la biografía de José Clemente Orozco. Fue autora de 40 libros, desde su muerte se han editado dos de ellos: Escrituras: Frida Kahlo, selección, proemio y notas de Raquel Tibol, y Hermenegildo Bustos: Pintor del pueblo. La doctora Teresa del Conde (1935-2017), del Instituto de Investigaciones Estéticas, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en 2015, publicó su “in memoriam”, que significa “en memoria, en recuerdo”, aludiendo a una persona ya fallecida: en la revista Anales de esa prestigiosa institución académica.
A la editora Nora Satanowsky, hija de la periodista y curadora, le interesa que el público siga leyendo a su madre. Se decidió comenzar por la reedición de “Escrituras”, que recoge una cantidad impresionante de cartas, recados y anotaciones de Frida Kahlo. Recién llegada a México, su primera tarea fue entrevistar a Frida Kahlo y lo hizo con miras a que ella se decidiera a relatar su biografía, es decir, pensó en un libro con base en entrevistas consecutivas que recuperaran su voz. Eso no sucedió, aunque sí realizó una primera entrevista con miras a que fuera autobiográfica de Frida Kahlo con diferentes personas, cuya publicación apareció en dos volúmenes.
Vivió en la Casa Azul por un breve periodo —según versión que ella misma me comentó— y se retiró de allí porque Frida, cuya actividad lésbica, sobre todo durante los años postreros de su vida, fue notable, le insinuó el deseo de que la relación no fuese únicamente profesional, sino erótica. Tibol no accedió, pero temió represalias. Esa versión la recopiló Merry MacMaster en un reportaje que apareció el 22 de febrero de 2015, en el periódico La Jornada. En 1961 obtuvo la nacionalidad mexicana. Fue conductora de los programas de televisión “La plástica y la crítica” y “Aproximaciones”, del Canal 11, y de “Museos en el Aire”, del Canal de Radio Universidad. Fue asesora del Ballet Nacional de México y del Museo de Arte Contemporáneo Internacional Rufino Tamayo.
En 1998 fue distinguida con el “Premio de Periodismo Cultural Fernando Benítez”. En 2004 recibió un reconocimiento por su trascendente contribución a la crítica e historia del arte mexicano de la UNAM. La Universidad Autónoma Metropolitana le confirió el doctorado honoris causa en 2007. Un año después se le entregó la medalla de oro que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes, y en 2010 el Premio al Mérito Cultural de la Feria Internacional del Libro del Zócalo. Su cumpleaños 90 fue celebrado con un acto el 11 de diciembre de 2013, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
En 2007 el Museo Nacional de la Estampa montó la muestra Colección Raquel Tibol: Dibujo y gráfica, integrada por obras elegidas por la investigadora, dentro de un acervo más amplio. Uno de los criterios empleados fue reunir piezas que le habían sido obsequiadas por artistas, galeristas, instituciones, entre otros, por amistad o resultado de intercambio profesional.
