
ALBERTO F. MENA MALLEN
¿Qué esperamos de este gobierno del segundo piso de la 4T?
Que vaya peor que el anterior sexenio o que de plano mejore un poquitito
Por las señales que se han presentado y están por ocurrir, parece que en México el concepto de bienestar no mejorará por muchos años para los mexicanos, sobre todo cuando no participamos en la defensa de México. Apenas algunos inconformes afectados por las políticas públicas, se dieron cuenta de que hay que protestar.
Hay nubarrones para la economía, más violencia e inseguridad por como tienen amarrados a los morenistas qua ya no saben dónde esconderse ante las amenazas de Donald Trump y de su equipo presidencial. Y ahora también de Ismael “El Mayo” Zambada y de sus aliados los narcos.
Y además, porque el actual gobierno no ha hecho bien las cosas para evitar las trompadas que se le lanzan por todos lados. Actúan más reactivamente, a tontas y a locas que de una manera racional como si fuera el sello de la casa del macuspano, tal vez porque están muy limitados para gobernar.
Lo que vemos y pensamos muchos mexicanos es que, las promesas de la Kalca y científica no prosperarán tal y como lo tiene pensado, por las piedrotas que se le ponen en el camino y que no son tan fáciles de sortear y más aún cuando todavía no deja la ubre tabasqueña.
Hay que considerar que aumentan las protestas e inconformidades sociales porque el gobierno no tiene la capacidad de solucionar los cientos de problemas de los ciudadanos, como el asunto de la salud, donde muchos hospitales carecen de todo, equipo obsoleto, falta de insumos, medicamentos, pero si se paran el cuello quienes tienen la responsabilidad de atender al sector. Los únicos que levantan la casta es el personal de los nosocomios que hacen hasta la imposible por ayudar a los enfermos.
Las fuertes acusaciones que se le han hecho a este gobierno y al anterior, respecto a que mantienen una “amistad” con los narcotraficantes para recibir apoyos que se canalizan a las campañas, lo que ha permitido que los delincuentes se aprovechen para regular mercados económicos de muchas localidades y que amplíen sus extorsiones a más comercios, han ocasionado que el gobierno norteamericano voltee a ver a México por considerarlo un narco-estado.
Lo que argumentan es el hecho de que ya los está afectando de diversas maneras, particularmente con el tráfico de drogas y la migración, lo que tiene que ser frenado a toda costa, sin importarles lo que pueda hacer la cuarta transformación, por minimizar los efectos de tales hechos.
López Obrador si logró llegar a la más alta esfera del gobierno fue porque “si algo domina AMLO es el uso y abuso del poder, ahí sí entiende perfectamente lo de cobrar y pagar, con canonjías, empleos, contratos, impunidad y lealtad como monedas de cambio”, frase que escribió Anabel Hernández en su libro “El Gran Corruptor”, situación que tiene en problemas actualmente a su corcholata porque los que le heredó no serán fáciles de resolver en la actual administración o tal vez en las subsecuentes.
Poco a poco no fuimos enterando de la relación de AMLO y el narcotráfico -lo que lo tiene en la mira de los estadounidenses-, y ello lo amparó por sus potestades legales, pero según Wikipedia: “Actualmente no existe ninguna institución u organismo que establezca criterios para definir qué es un narcoestado. Sin embargo, el término se usa en el discurso político y mediático con base en la situación de un país, y está en ocasiones influido por tendencias partidarias”.
Y aquí agrego, ciudadanas.
El uso del término comenzó a implantarse en los años 1980 con la aparición de poderosas organizaciones mafiosas en Colombia (caso de Pablo Escobar, fundador del cartel de Medellín). Para el Dr. Paul Rexton Kan, los narcoestados se pueden dividir en cinco categorías según su nivel de dependencia en el comercio de narcóticos y la amenaza que el narcotráfico en dicho país representa para la estabilidad nacional e internacional.
Estas cinco categorías son: incipiente, en desarrollo, serio, crítico y avanzado. En su libro Tráfico de droga y Seguridad Internacional (2016), Kan ofreció ejemplos para cada categoría, colocando a Afganistán, Birmania, Guinea-Bisáu y Corea del Norte en la categoría de «avanzado». También clasificó a los países según su papel en el narcotráfico en: fuente, de transporte e híbrido.
Pierre-Arnaud Chouvy dice en su artículo El mito del narco-estado que el uso reciente del término “narcoestado” ha sido cuestionado por ser aplicado de manera demasiado amplia y sin un criterio claro, en particular luego de la atención mediática hacia Guinea-Bisáu, catalogado como «el primer narcoestado del mundo» en 2008, y más bien el término debería referirse solo a aquellos países en los que el comercio de narcóticos está patrocinado por el estado y constituye la mayoría del PIB general de un país.
Lo que sucede actualmente en México, donde los grupos delictivos ya patrocinan al Estado, desde la presidencia de la República -según diversas fuentes-, hasta los gobernadores y presidentes municipales que, lograron el cargo con uso de recursos ilícitos obtenidos por estos grupos.
Wikipedia enumera los países señalados como narcoestados. En África: Guinea-Bissáu, Nigeria, Cabo Verde, Ghana, Gambia, Senegal y Burkina-Faso. En Sudamérica, Bolivia, (en la época de Evo Morales), Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador. En Centroamérica: Guatemala y Honduras. En Norteamérica: México (quien ya fue señalado por autoridades de los Estados Unidos como narco-gobierno, además de declarar a los narcos como terroristas). En el Caribe: Haití, en las Antillas. En Asia: Afganistán, Siria, Filipinas, Líbano. En Europa: Albania, Países Bajos,
Ante este futuro, habrá que prepararse de la mejor manera.
fermallen@gmail.com