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Yo Campesino
- Política salarial, inflación, caída en producción y PIB socializan miseria
Miguel A. Rocha Valencia
Insisten en presumir que con el regalo de dinero y el incremento demagógico de los salarios se sacó de la pobreza a cinco millones de mexicanos, pero “olvidan” comentar los de la 4T que, por ese mismo proceso, 10 millones de trabajadores se volvieron pobres laborales y no les alcanza el sueldo para adquirir una devaluada canasta básica y atender temas de salud, educación y mucho menos recreación o vivienda.
Y es así que como unos subieron de pobreza extrema, otros disminuyeron de clase media baja a pobres con tendencia a continuar cayendo. Es por ello que cerca de cinco millones clase medieros que ganaban en promedio 20 mil pesos mensuales, bajaron en tanto que los salarios mínimos casi empatan a los contractuales.
Todo en medio de una cada vez más acentuada caída de la economía que pasó de la desaceleración a la baja y el proceso se acentúa tanto que el último trimestre del 2024 retrocedió a 0.6 por ciento que equivale a 206 mil millones adicionales que no produjo el país, cayendo las expectativas de crecimiento y desde luego, ingresos y empleo.
Con ello se marcó un hito en la economía nacional sólo comparable a lo ocurrido en el tercer trimestre de 2021 en plena pandemia y confinamiento, de acuerdo con cifras del Inegi.
Pero lo peor es que el sector agropecuario, además del manufacturero, registró una de sus peores caídas con 8.5 por ciento, lo cual “garantizará” que este año se incremente la importación de granos alimenticios, especialmente maíz con más de 25 millones de toneladas, así como de trigo, sorgo y oleaginosos.
Sobre ese particular el líder de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas y Campesinos, Álvaro López Ríos comentó que el actual secretario de Agricultura, Julio Berdegué tiene un concepto erróneo de la producción agropecuaria donde se tiene abandonada la biotecnología, los apoyos a investigación, producción y comercialización, mientras que en Estados Unidos los labriegos tienen los más altos estímulos vía subsidios. En México, los desaparecieron.
Esto hace que año con año nuestro país sea más dependiente de la producción de otros países. No se trata de comprar o sembrar determinados granos de importación, transgénicos o no, sino de estimular la producción nacional como auténtica vía de soberanía, lo demás es simple demagogia.
Y tiene razón el dirigente, ya que “antes” con todo y la corrupción del período neoliberal, el sector agropecuario siempre se mantuvo como uno de los más dinámicos del país y se llegó a hablar de autosuficiencia alimentaria, pero llegó la 4T y de entrada quitó los 360 mil millones de apoyo a la comercialización; extinguió la empresa de apoyo a los productores, se acabó la financiera rural, los aseguramientos al temporal y los transformó en dádivas en efectivo que no tienen cómo medirse en sus afectos que antes se reflejaban en productividad.
Pero ahora se trata de dar dinero directo para ganar el agradecimiento popular y con ello se acabaron instituciones y programas que si estimulaban la producción y comercialización que ayudaban a los más pobres: los campesinos. Hoy la productividad no se mide en tonelaje de alimentos sino en votos a favor de Morena.
Total, que la economía sigue en reversa con los sectores agropecuario, forestal y pesquero, así como el industrial en picada, con pérdidas de 72 mil millones de pesos en el primero y de 178 mil millones en el segundo, especialmente en la construcción.
Algo que podría acentuar el problema más allá de lo que genere el nuevo aumento a los mínimos, será sin duda la decisión de Banxico por disminuir tasas de interés, o sea, abaratar el dinero y con ello propiciar un mayor gasto y demanda con lo cual los precios se irán para arriba en especial en aquellos rubros donde somos insuficientes o los de importación que nos traigan inflaciones ajenas con todo y la revaluación del peso.
El caso es que los números no mienten y posiblemente por ello nos metan en la agenda pública cuestiones como las patrióticas reformas a los temas de intervencionismo o secuestros transfronterizos, básicamente de presuntos delincuentes como “El Mayo” Ismael Zambada a quien parecen estar dirigidos los cambios constitucionales a pesar de estar previstos ya en leyes secundarias y en tratados internacionales, pero todo sea por mantenernos ocupados.
Vamos mal y estaremos peor aún si a partir de hoy los cuatroteros se pusieran a trabajar realmente en favor de México y abandonáramos esos niveles de retroceso e improductividad que se reflejan en desempleo y miserables “crecimientos” del 0.2 o 0.6 por ciento del PIB anual.
La verdad estamos para puras vergüenzas, pero para los gobernantes, estamos de lujo con nuestros discursos patrioteros y acciones demagógicas.
Al menos debemos presumir que “se acabó la corrupción” y que la 4T está integrada por finísimas y talentosas personas bajo el nuevo slogan “todos pobres”, menos ellos, claro está.