
Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
En el portal “Definición”, se desmenuza la palabra EGO en tres etapas, atribuidas a Sigmund Freud,
Esto dice:
1.- El ego es, para la psicología, la instancia psíquica a través de la cual el individuo se reconoce como yo y es consciente de su propia identidad. El ego, por lo tanto, es el punto de referencia de los fenómenos físicos y media entre la realidad del mundo exterior, los ideales del superyó y los instintos del ello.
2.- Para el psicoanálisis freudiano el ello (id) está compuesto por los deseos y los impulsos. El superyó (superego), en cambio, está formado por la moral y las reglas que un sujeto respeta en la sociedad.
3.- El yo (ego), por último, es el equilibrio que permite que el hombre pueda satisfacer sus necesidades dentro de los parámetros sociales.
Aunque algunas corrientes rechazan esta división de la mente en tres personas diferenciadas, para Sigmund Freud la personalidad humana está compuesta tanto por los elementos conscientes como por los impulsos inconscientes.
¿A cuál de las tres cree usted que pertenezca la licenciada Lenia Batres Guadarrama?
Seguramente ella está convencida de estar en la número 3.
Porque su EGO se lo dice… inconscientemente.
Impugnar la decisión del Consejo General del INE de no permitir los sobrenombres en las boletas para la elección judicial, es un despropósito fenomenal.
La licenciada quería que la boleta apareciera su nombre seguido del sobrenombre: “La ministra del Pueblo”
Nada menos que 46 caracteres, decir, 46 letras con lo cual tendría que imprimirse en un renglón a unos 4 puntos, lo que haría imposible leerlo.
“La ministra del pueblo” no es un título académico que esté en las carreras que ofrecen las universidades público y menos las privadas.
Es verdad que recibió aplausos de quien la nombró para que la ratificara el Senado. En una reunión en Palacio Nacional encabezada por el que se apoltronaba en la Silla del Águila y a la que fueron “invitadas” las finalistas para ocupar el cargo de ministra de la Suprema Corte de Justicia de la nación, ellas, Bertha Alcalde Lujan y Batres, escucharon la voz del amo -¿recuerda usted al perrito que se sentaba para escuchar los discos grabados por la RCA?- y sin lágrimas ni carcajadas aceptaron la decisión y, así, la familia Batres tenía -tiene aunque uno cambio de chamba- presencia en el Legislativo de la Ciudad de México, en el Gobierno capitalino y en la Suprema Corte de la Nación.
¡Eso es estar representando a los TRES PODERES DE LA UNIÓN!
Nada fácil de lograr.
A final de cuentas, todo indicaría que a doña Lenia le quedaría como anillo al dedo la primera definición por la simpleza de las dos líneas finales: … los fenómenos físicos y media entre la realidad del mundo exterior, los ideales del superyó y los instintos del ello.
Sea como fuere, difícilmente su sobrenombre aparecería en la Boleta, porque hoy comienza la impresión de los 600 millones de papeletas que cruzarán “millones de mexicanos” convencidos que con la elección de jueces, magistrados y ministros (tas) la justicia será la salvación de la patria.
Posdata: el uso repetido de la misma frase pierde fuerza.
E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Facebook Jesús Michel, en X @Mision888446 y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada