“Bienvenidos a Atlixco Donde las Mujeres Visten  Zancón y los Hombres se Peinan a Balazos”

 

*Pueblo Mágico Pleno de Costumbres, Leyendas,  Tradiciones, Flores y Galerías

*Degustando un Huaxmole de Cecina y un Pipián o Mole Verde Deliciosos

*Bienvenido a Atlixco Donde las Mujeres Visten Zancón y los Hombres se Peinan a Balazos

*Con los Ovnis: una Pelota en el Pavimento que no  Rueda Hacia Abajo Sino ¡Sube la Pendiente!

*Y en una Ex Hacienda dos Majestuosas Catrinas Recuerdan el Día de Muertos 

SUSANA VEGA LÓPEZ,

Enviada

ATLIXCO, Pue.- Aquí todos los meses son de fiesta, de ferias, de desfiles, cabalgatas y experiencias. Atlixco ofrece recorridos por sus principales calles para el convite del Atlixcayotontli y del Huey Atlixcáyotl; visita a zonas artesanales y gastronómicas; a museos, iglesias, ermitas; estancias en sus parques ecoturísticos como el centro vacacional Metepec y hasta la oportunidad de estar en una zona de avistamiento de ovnis.  

Atlixco está enmarcado por el volcán Popocatépetl, mismo que se encuentra a 20 kilómetros, en línea recta. Con frecuencia los habitantes refieren que cuando sale una fumarola se siente la vibración de la tierra; un pequeño movimiento al que ya se acostumbraron porque, aseguran, no es zona de riesgo.

Al visitar este Pueblo Mágico (un distintivo que recién fue eliminado por el presente gobierno) lleno de costumbres, leyendas, tradiciones, exposiciones, flores, galerías y más, te sorprenderá su limpieza, su historia y todas las actividades que puedes realizar en este lindo lugar.

Durante un viaje de familiarización que organizó la Secretaría de Turismo de Puebla donde la presidente municipal de Atlixco, Ariadna Ayala, anunció la agenda turística 2025, pudimos degustar un huaxmole de cecina y un pipián o mole verde que resultaron ser deliciosos platillos típicos acompañados de tortillas hechas a mano.

Al caminar por las calles del centro no te debes perder un helado artesanal, en alguno de los establecimientos que ofrecen pruebas de esta nieve que elaboran con diversos sabores: moka, queso, chicle, pinole, pistache, yogurt de mango o durazno; o los especiales de baileys, maracuyá con limón y frambuesa; o los sorbetes como el tradicional, el almendrado, corazón atlixquense (aguacate, fresa y mantequilla), de pistache con aguacate, de queso de cabra con cajeta y nuez; o “del que sea” (para los indecisos), que van de 20 a 40 pesos.

Visitamos el Palacio Municipal con sus murales que narran historias; la llamada Escalera Ancha que está pintada por artistas urbanos que plasmaron dos figuras: la de una mujer que carga una canasta en la cabeza ataviada con un típico traje poblano y; la de un hombre con pantalón a rayas, jorongo y sombrero. Nos dirigimos al Jardín Mágico y al Museo de la Navidad.

Acompañados por el guía atlixquense Giovani Huerta y Aarón Martínez, de la Secretaría de Turismo de Puebla, pudimos caminar por el Centro Vacacional Atlixco- Metepec, entrar al llamado Museo Industrial y comer en uno de sus restaurantes para después tomarnos la foto grupal en el helipuerto.

DICHO POPULAR

Desde un inicio, Giovani Huerta, el guía, afirmó que debes aprenderte un dicho del lugar porque de lo contrario es como si no hubieras estado en Atlixco.

La letanía dice: “Bienvenido a Atlixco de las flores, donde reina la hermosura, donde las mujeres visten zancón, para no levantar basura, donde los hombres se peinan a balazos y se rasuran a machetazos pues es mejor quedarse con un atlixquense que quedarse a vestir santos”.

Y el guía señala que eso de que “visten zancón” no es porque tengan un tipo de vida inmoral sino porque, cuando llegaron los españoles, la tierra era lodosa, fangosa, por lo que las mujeres debían alzarse el vestido o faldón para no ensuciarse.

En cuanto a que “los hombres se peinan a balazos” es porque en determinada época existió un cacique llamado Antonio J. Hernández, un líder sindical que presidió la Cámara Nacional de Obreros de México y exigía que todos hicieran lo que le gustaba y lo que no, también, toda vez que si estabas en contra de él, te rasuraban a machetazos.

Un dicho que a la fecha perdura entre la gente.

AGUA EN EL VALLE

La palabra Atlixco es un nombre azteca que significa “agua en el valle” o “agua en la superficie del suelo”. Se compone de tres sílabas: atl, agua; ix, sobre o encima de; y, co, valle o tierra.

Documentos oficiales mencionan que se le conoció como “Quauhquechollan”, que proviene del náhuatl y significa “Lugar del águila Quecholli”.

Se informa que hace más de cuatrocientos años convivían aquí personas chichimecas, teochichimecas y xicalancas que tributaban a Tenochtitlán. 

EN EL VIEJO CERRO DE LAS CINCO 

FLORES DONDE HABITAN COLIBRÍES

Cuentan que antes se llamaba “Huehuehuaquecholamacuilxochiltépetl”, donde Huehue significa viejo; Huaquechola, lugar de colibríes; Macuil, cinco; Xochitl, flores, y; Tépetl, cerro, que en conjunto se entiende como el viejo cerro de las cinco flores donde habitan colibríes.

Sucede que, a la llegada de los españoles al lugar, en 1579, no lo pudieron pronunciar y lo nombraron Villa de Carrión; después, el 14 de febrero de 1843, se le reconoció como la Heroica Ciudad de Atlixco, Puebla.

EL SIETE, NÚMERO 

DE ATLIXCO

Por alguna razón, a finales del siglo XIX dicha zona se convirtió en textilera y se llegó a contar con siete fábricas; Atlixco tiene siete letras; cuenta con siete ríos; y tiene lo que se llama el Punto Marconi, que es un campo electromagnético natural de los cuales existen siete en todo el mundo.

PUNTO MARCONI

Si vas de Metepec hacia Atlimeyaya, pasarás por Punto Marconi donde podrás ser testigo de una ilusión óptica. Y es que, al llegar a este lugar famoso por el avistamiento de OVNIS claramente se ve que el camino va hacia arriba y si pones una pelota en el pavimento, en lugar de que ruede hacia abajo, ¡sube la pendiente!, como si se tratara de un truco de magia. Lo mismo sucede si vas en auto y lo dejas en punto muerto, ¡éste subirá el camino! Algunos vierten agua o algún líquido para comprobar dicho fenómeno. Es algo así como la “Casa del tío Chueco”.

Además, en la época de diciembre, la gente llega para el avistamiento de ovnis. Generalmente los días, con sus cielos, están despejados; las noches estrelladas permiten ver la inmensidad y, si tienes suerte, de repente vislumbrarás alguna que otra lucecita que, afirma el pueblo, no son aviones ni drones o algún fuego artificial.

Por cierto, las autoridades municipales de Atlixco solicitaron a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla la donación de un tanque o tinaco, mismo que intervino el escultor Ricardo Vivar para crear un objeto volador no identificado que colocaron en ese montículo al que se le conoce como OVNI de Atlimeyaya, justo a 300 metros de Punto Marconi, que resultó ser un atractivo turístico.

MIRADOR DE CRISTAL

Atlixco cuenta con el cerro de San Miguel donde se encuentra una capilla del mismo nombre; la Plazuela de la Danza; el mirador de alas; y el mirador de cristal.

Un verdadero reto resulta visitarlo pues, primero hay que subir a la cima del cerro (ya sea por escaleras o rampas) y atender el reglamento que prohíbe ingresar al área de cristal con calzado. Por las noches, el vidrio se ilumina con luces de colores que cambian del rojo al verde y al azul, lo que da un toque especial.

Son los menos, quienes se animan a caminar hacia la otra plataforma de cristal, una especie de gran trampolín de cristal, pues el vértigo se apodera de las personas.

TODO EL AÑO 

ES NAVIDAD

Al llegar al centro de Atlixco se aprecia una locomotora turística donde la gente pasea por sus calles. Más allá, el Museo de la Navidad. Un lugar que te evoca la época de invierno sin importar si estamos en plena primavera.

La fecha es lo de menos en este pequeño museo que tiene muchas, pero muchas luces que te trasladan a un tiempo nevado, frío, con pingüinos en sus glaciares, renos, un lago y el ambiente nevado; un sitio llamado Sala Nórdica del Polo Norte donde se encuentra la casa de Santa Clos. La iluminación que prevalece es color azul.

La guía en turno, Michel Elisabeth, explica que la segunda sala es la de la Nostalgia, donde se encuentra una chimenea con una corona y botas navideñas colgadas en la pared, un nacimiento de luces, dos grandes cascanueces que flanquean una escalera que no lleva a ningún lado, tres árboles navideños y figuras de copos de nieve.

Hay que recordar que la locación está en una ex hacienda, por lo cual en la tercera sala, la de “Magia y Colores”, se encuentran dos catrinas porque, si bien la Navidad es una tradición adoptada por los mexicanos, no es del país, de ahí que, para rescatar nuestras tradiciones, se yerguen dos grandes catrinas que recuerdan el Día de Muertos.

Aquí todo el año es Navidad, aunque sólo abren los sábados y domingos. Cabe recordar que la fiesta en grande de este 2025, la Villa Iluminada, se vestirá con luces led del 21 de noviembre al 6 de enero de 2026.

Luces que pone la empresa Blachere Iluminación para ambientar no sólo este lugar sino otros a nivel nacional e internacional. La entrada general es de 60 pesos por adulto y 40 pesos estudiantes, maestros y tercera edad.

Al entrar ves un video de bienvenida para seguir con un recorrido por las tres salas de iluminación. El tiempo en el museo no rebasa los 15 minutos, suficientes para tomar todas las fotos que uno desee. Pero si quieres hacer el recorrido en trenecito, el costo es de 50 pesos por persona y tarda cinco minutos en transportarte por dos salas de iluminación.

Dicen que hace mucho tiempo se sembraba trigo, frijol y maíz; se tenía un silo y un molino, el Molino de San Mateo, un granero que ahora ocupa el museo.

En cuanto al Jardín Mágico y el Museo Industrial de Metepec, hablaremos en la próxima entrega.

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