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Ángela Aguilar acaparó la atención del público mexicano cuando dio a conocer su sorpresivo cambio de look, el cual causó opiniones dividinas en redes sociales y comparaciones con Belinda, expareja de Christian Nodal.
A través de un video grabado desde un avión privado, la intérprete de “Gotitas saladas” dejó al descubierto su nueva imagen y agradeció a sus seguidores por el apoyo que le han brindado al sencillo “Maldita primavera” en el que colabora con la cantante Yuri.
«Angelitos, estoy súper contenta con todo el amor y todo el cariño que le han estado dando a ‘Maldita Primavera’. Gracias por hacerla suya, por tenerle tanto amor, tanto cariño a este dueto que para mí significa muchísimo», expresó.
Sin embargo, en medio de toda la controversia que está generando su cambio de look y su supuesto parecido a la expareja de su esposo, el diseñador Jacob Mier ventiló en “El Gordo y La Flaca” que la cantante de 21 años no ha devuelto lujosos vestidos que le prestó hace más de cinco años.
Ángela Aguilar no ha regresado lujosos vestidos con valor de más de 250 mil pesos
En una entrevista para el programa de espectáculos, el diseñador Jacob Mier recordó que conoció a la joven hija de Pepe Aguilar cuando visitó su tienda en Los Ángeles en busca de un diseño para un evento en México.
Con la intención de ayudarla, Jacob accedió a prestarle dos de los vestidos en los que la joven mostró interés, uno que ya había sido usado por Carrie Underwood y otro por una exintegrante de las Spice Girls.
“No le cobré nada, solo se los di. Usualmente cobro un alquiler o los vendo, pero ella me prometió que los iba a llevar a México, que los iba a lucir y me iba a traer fotos y luego los traería de regreso”, compartió.
Desde entonces han pasado cinco años, pues la cantante de temas como “En realidad”, “Gotitas saladas” y “Qué agonía” tenía tan solo 16 años.
“Las primeras dos semanas la llamaba y le preguntaba: ‘¿Todo bien?’ Pero después perdí el contacto. Quiero mis vestidos de regreso. Nunca había tenido un problema de que una celebridad tomara una pieza de mi tienda y no la devolviera”, mencionó Jacob.
Debido a que son piezas exclusivas, el diseñador comentó que su principal preocupación es que sean usadas por alguien más sin su consentimiento, pues además, tiene un precio de 12 mil 500 dólares, más de 250 mil pesos mexicanos.
“Solo quiero que me diga qué pasó con los vestidos, que alguien me llame y me diga: ‘esto pasó y vamos a pagar por ellos’”, sentenció.
(Agencia)