«Esto puede favorecer a las corporaciones privadas de la salud, por ejemplo, a las grandes farmacéuticas. Gran parte de estas, las que tienen mayor poder y alcance a nivel internacional, son estadounidenses. Me temo que la decisión de Trump de salirse de la OMS es efectivamente poner muy por encima la salud privada de la salud pública», consideró la experta.
La académica señaló que, debido a que la OMS posibilita el intercambio mundial de información sobre pandemias o amenazas sanitarias, la decisión de Washington puede implicar que estos datos médicos no lleguen a otras naciones, por lo que se «aumentará la brecha entre países» respecto al acceso a esta información y eso «puede ser un tema grave».
Indicó que, en el caso de Argentina, que no pertenece a los grandes donantes, el presidente Javier Milei «tomó una pésima decisión, una decisión a ciegas, para ser complaciente con el Gobierno de Estados Unidos», debido a que, dijo, el país austral se encuentra con «un sistema de salud significativamente debilitado» en medio de una crisis económica.
«Parecería que [Milei] está buscando una alineación con Estados Unidos, incluso en estas políticas —que tienen que ver con el multilateralismo global— esperando ciertos beneficios, que dudo que lleguen. En el caso de Argentina, esta salida puede ser mucho más grave, porque no es de los [países] con mayores donaciones y no es una potencia médica», afirmó Kanety.
«Profunda crisis en el multilateralismo»
Por otra parte, la académica Sandra Kanety subrayó que la decisión de Washington y Tel Aviv de retirarse del Consejo de Derechos Humanos de la ONU es «gravísima, pero no sorpresiva». Recordó que Trump y Benjamín Netanyahu se han mostrado en contra del multilateralismo y que ambas naciones se benefician de las intervenciones militares para asegurar una «posición de poder».
«Definitivamente, se está profundizando la crisis del multilateralismo que ya venimos arrastrando como sociedad internacional desde hace varios años, no es un secreto que Naciones Unidas y otras organizaciones como la OMS, la Unicef, incluso la OMC no están funcionando como deberían y favorecen ciertos intereses», afirmó la experta.
Insistió en que los países deben ser críticos ante estas organizaciones internacionales, «porque efectivamente no cumplen sus objetivos como se espera», sin embargo, estimó que estas logran «cierta estabilización» entre países que tienen gran poder militar y económico frente a otros que no tienen una posición tan favorecida en el orden mundial.
«Ambas potencias militares [Estados Unidos e Israel] dan a entender al mundo que harán lo que juzguen conveniente en el momento conveniente, aunque sea en contra del derecho internacional. El hecho de pertenecer a un organismo tampoco es garantía de que se respeten las decisiones del consenso internacional, pero de alguna manera frena decisiones radicales», mencionó la académica.
Kanety valoró que, tanto Washington como Tel Aviv estarían buscando con esta salida del consejo de la ONU un «acceso más libre» para ejercer políticas que podrían violar los derechos humanos de las poblaciones, como en el caso de los palestinos o países donde el Gobierno estadounidense ha intervenido militarmente, como en Cuba y Venezuela.
Mauricio Alonso Estévez, maestro en Relaciones Internacionales por la UAM, señaló en entrevista con Sputnik que Estados Unidos únicamente se ajusta a las reglas y mecanismos de la ONU «cuando están en concordancia con sus intereses». Afirmó además que Trump está presionando mediante «el poder económico» para obtener beneficios en distintos rubros.
«Estados Unidos se va a ajustar a los mecanismos de Naciones Unidas, siempre y cuando estén en concordancia con sus necesidades estratégicas. Cuando esto no es así, va a buscar salirse por la libre, están los casos de Afganistán y de Irak que son muy emblemáticos en este sentido», afirmó el internacionalista.
El experto recordó que, durante los primeros años de funcionamiento de la ONU, Washington tuvo una clara preponderancia, pero con la paulatina presencia de otros países en ese sistema, el Gobierno estadounidense comenzó a «instrumentalizar» las oficinas de la organización y sus distintas áreas, como el Consejo de Seguridad o el de Derechos Humanos.
«Estados Unidos usa su poder económico para incidir directamente en el marco de las Naciones Unidas y de otros organismos internacionales, obviamente el hecho de poner o quitar recursos va a implicar también una presión, si pone dinero va a querer que las cosas se hagan a su modo, pero si retira recursos también está buscando presionar», indicó.
El analista estimó que el Gobierno de Trump estaría buscando también la formación de un bloque en el sistema de Naciones Unidas para impulsar sus resoluciones y contar con respaldo en el Consejo de Seguridad, por eso, comentó, en América Latina «algunos gobiernos se están ajustando a los intereses estadounidenses», como en el caso de Milei.
¿El fin de la ONU y sus organismos?
Ante el escrutinio sobre si la ONU cumple con los objetivos para los que fue creada, el internacionalista Mauricio Alonso Estévez consideró que es al fin de cuentas la única organización con la que se cuenta en el orden global para garantizar la paz y la seguridad a través de la resolución de conflictos, por lo que tendrá que ser reformada en su funcionamiento.
«Obviamente, se habla de la posibilidad del fin de la ONU […] pero la destrucción de un organismo de este tipo en un momento así nos llevaría a un escenario más conflictivo. Es decir, al escenario que posiblemente está buscando Donald Trump, en el que el más fuerte es el que va a prevalecer», estimó el experto.
Respecto al Consejo de Seguridad, el académico recordó que este cuenta con una sobrerrepresentación occidental, que ha sido criticada por países como Brasil y México, pues «tendría que haber una presencia de países del sur global, algún país africano o de Oriente Medio que no están representados».
Estimó que esa parte de la reforma podría obtener un consenso entre las naciones para incluir a más países como miembros permanentes y semipermanentes en el Consejo de Seguridad. El problema, dijo, es si se elimina o no la capacidad de frenar una propuesta de resolución o se amplía la posibilidad del veto.
«Van a ser muy importantes los contrapesos que puedan hacer países como Rusia o China, porque estos países tienen conciencia de que es un espacio que les permite tener una proyección global. Van a estar apelando, como lo han hecho, a que se respete el marco de operación de las Naciones Unidas», dijo el experto en el marco del Gobierno de Trump.
(Agencias)