Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
La “osadía” del fiscal, le costó el cargo.
Por cumplir con su responsabilidad, el Congreso de Morelos, por instrucción de su gobernadora, sesionó y destituyó al fiscal Uriel Carmona, a quien Cuauhtémoc Blanco, en funciones de mandatario, persiguió, lo acusó de diversos delitos y, en acciones de “justicia a modo”, fue encarcelado hasta en tres ocasiones y remitido al penal del Altiplano, del que salió con la frente en alto y mostrando que nada de lo que se le imputó fue verdad.
En aquella ocasión también fue destituido y con un amparo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ganó la batalla que parecía el final de la guerra con el exfutbolista.
Ahora, de nueva cuenta es el chivo expiatorio y los diputados de Morena actuaron con la celeridad que requiere llegar a la meta del enemigo y anidar el balón.
La historia comenzó por la mañana de ayer, cuando se difundió que la fiscalía del estado de Morelos había presentado la solicitud de desafuero de Blanco y así poder procesarlo, por el delito de intento de violación cometido contra su media hermana.
La decisión de los legisladores obedeció a la solicitud de la gobernadora Margarita González y con el argumento de que Carmona Gándara no cumple con los requisitos para ocupar el cargo, lo sacaron de su responsabilidad.
La mandataria, primera mujer en el poder político más elevado de Morelos, pertenece a Morena ¡cómo no! y todo el aparato de los compañeros del exfutbolista “cerraron filas” para salvar la liberta, la honestidad, la honradez, la calidad humana de Cuauhtémoc Blanco.
Seguramente doña Margarita contó con el respaldo de su antecesor, con quien trabajó cuando su jefe fue alcalde de Cuernavaca -sin cumplir los requisitos de residencia- y después, como gobernador, la designó secretaria de Cultura y Turismo de donde fue llamada por el gobierno federal anterior y nombrada directora de la Lotería Nacional.
La morenista, de cuna con sedas y abuelos financieros, extrañamente renunció a los lujos para militar en los extintos partidos de izquierda y se convirtió en una figura de defensa de derechos de colonos y campesinos en Morelos.
Instalada en el poder, su actuar como primera mujer gobernadora de la entidad, ha sido sumamente grisáceo. Nada digno de ser tomado en cuenta para escribir “la nueva historia de Morelos”.
Sin embargo, encontró el camino que le iluminó el que fuera número 10 de la Selección Mexicana de Futbol y con la brillantez frente a sí, decidió que el fiscal Uriel Carmona no cumple con los requisitos para el cargo y ello le dará notas de primera plana y comentarios en las columnas.
Se esperaba que la Comisión de Examen, que ahora preside Erik Flores, el personaje que encumbró al exfutbolista, recibiera la ratificación de la solicitud para proceder a tomar la acción que correspondiera y, ¡zas!… ahora tendrá que esperar para aplicar la ley.
Flores y Blanco eran amigos.
Hoy son enemigos.
Ni el saludo cruzan.
Así que, la “cuauhtemiña” pasará como la jugada que salvó a Cuauh y al “gran equipo guinda que los respalda”.
¡Uff!
Es el país de Valdés: todo está al revés.
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