Armas Como la de Damocles y la Emigración de Mexicanos al Norte

NIDIA MARIN

¿Y en treinta días otra vez la burra al trigo?

No hay de otra. La espada de un Damocles gringo sigue pendiendo de un pelo de crin de caballo, aunque se presuma algo de sensatez en el horizonte tras la decisión tomada por Sheinbaum y Trump… 

Pero la amenaza continúa latente, aunque ella conoce bien a los autócratas y sabe cómo tratarlos. ¿O es chiripazo?

Ciertamente, los gringos se han estado dando un tiro en el pie al permitir, desde las altas esferas gubernamentales, la venta de armas a los carteles de la droga mexicanos. 

Aproximadamente 200.000 armas de fuego de origen estadounidense se contrabandean a México anualmente, han dicho las instituciones militares de nuestro país.

Aunque hay veces, como dice el corrido “El Contrabando de Armas”, de Beto Quintanilla:

Iban con rumbo a la sierra atrás los seguían dos tráileres / José Antonio y Juan Manuel se disfrazaron de frailes / Uno a otro se decían a la siguiente te sales.

“Tomaron la federal con rumbo al cerro del pino / A la mitad de la ruta los esperaba el Padrino / Para indicarles la entrada de llegar a su destino.

“La policía les llegó cuando ellos iban entrando / Les gritó que se pararan porque andaban revisando / Tenían datos que los tráileres llevaban un contrabando.

“Comenzaron a rugir las M y las metralletas / El Padrino les gritaba aquí hay mil armas como ésta / Pero pa´ que se las lleven nos rajamos la maceta.

“Siete muertos por un lado y tres de los federales / Pudo más la policía y se llevaron los tráileres / Mil armas de contrabando no llegaron a Nogales.”

Pero en México hay miles de armas, entre otras las ametralladoras Barret .50, como la que tumbó un helicóptero en La Huacana, Michoacán, ametralladoras ligeras M249, granadas propulsadas por cohete y… drones asesinos.

Esas sí llegan a su destino: las manos de los despiadados integrantes de las decenas de bandas del crimen organizado. Ellos, como se sabe, asolan pueblos y comunidades de México y se han estado multiplicando en la mayoría de las entidades de la República, sobre todo en el sexenio pasado.

¿La consecuencia? 

Suman cientos de miles los migrantes que viajan a Estados Unidos en busca de trabajo, al serles arrebatadas sus tierras y ser expulsados de sus comunidades por el crimen organizado, que ha arrasado hasta las presidencias municipales, sobre todo en el sexenio que recién terminó.

De ahí que, si Estados Unidos logra resolver la venta de armas a los carteles mexicanos, matará dos pájaros de un tiro: porque logrará que en México sea posible combatir a tales delincuentes y que miles y miles de mexicanos no se vean obligados a buscar trabajo en su territorio.

En el vecino del norte -no solo en México- hay gente preocupada ante la bárbara expansión de los carteles en nuestro país. Hay políticos que ya han presentado propuestas.

Como ocurrió en mayo del año pasado en Washington con el congresista Joaquín Castro (TX-20), la congresista Verónica Escobar (TX-16) y el congresista Maxwell Frost (FL-10) quienes presentaron la Ley para Detener el Armado de los Cárteles.

Se trata de “una legislación que se basa en la Ley Bipartidista de Comunidades más Seguras para abordar la venta y el tráfico de armas de fuego desde los Estados Unidos a organizaciones criminales transnacionales de todo el mundo al prohibir la venta de rifles calibre 0.50, regular los rifles calibre 0.50 existentes…”

Y, por ejemplo, el congresista Castro al solicitar que el Congreso del vecino país impida que las armas de guerra estadounidenses caigan en manos de las bandas desestabilizadoras, dijo: 

“Especialmente en México, el acceso a rifles calibre .50 ha alterado fundamentalmente el equilibrio de poder entre las organizaciones criminales y el gobierno y ha permitido que los cárteles se vuelvan prácticamente intocables. El Congreso puede tener debates significativos sobre una reforma más amplia de la seguridad de las armas, pero todos deberíamos poder estar de acuerdo en que los fabricantes de armas estadounidenses no deberían vender las armas que los cárteles mexicanos utilizan para derribar helicópteros militares y atacar convoyes policiales.

“La Ley para Detener el Armamento de los Cárteles es un paso importante para restablecer la estabilidad regional y prevenir la violencia que impulsa la migración forzada en nuestro hemisferio”.

Por cierto, muchos congresistas y diversas organizaciones internacionales apoyaron la mencionada propuesta.

Así que, en Estados Unidos pueden resolver en un buen porcentaje, la llegada de migrantes mexicanos, aunque Damocles en lugar de ayudar estorbe.

 

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