Los Dados de Dios
NIDIA MARIN
¿Y qué pasa con los “polleros”, los “coyotes” y los traficantes de migrantes, hoy que se agudiza la crisis por la política aplicada por Donald Trump y tiene postrados a millones de ciudadanos sobre todo de América Latina?
Ni sus luces. Pareciera que no existen o que andan a salto de mata, aunque dicen los estudiosos en esa materia que muchos están semiocultos, temporalmente, mientras otros continúan con su labor de extorsión, aunque sin garantía alguna de que los ingenuos ingresen a Estados Unidos, aunque siguen garantizado su cruce por México.
Mientras, los migrantes, como grupos vulnerables, hoy están abandonados a su suerte, mientras ellos los que les cobraron el traslado ya ganaron.
Hay de todo entre los soñadores, varones y féminas, pero además familias completas. Estas últimas, encabezadas en un 50% por hombres o padres de familia, que aseguran haber viajado en busca de mayores oportunidades económicas y una mejor calidad de vida para sus familiares.
Ellos, como millones de indocumentados cruzaron por México, que también carece de una política coherente en la materia y ya no frena en la frontera del sur con Guatemala y Belice a todos los que pretenden llegar al país de sus sueños, sino que redobla la problemática para toda la nación.
Lo que sí hay, y resulta efectivo, es crimen organizado en la República Mexicana, el cual ya no solamente trafica con drogas, sino con seres humanos, ambos rentables negocios, sobre todo cuando se permite que crucen de frontera a frontera, consideran los especialistas.
Y como cantara el Grupo Tosco “La Muerte del Pollero”, con letra de Gustavo Segundo Morales Suarez:
“Joaquín López se llamaba / por “Murrieta” conocido / por aire tierra o por mar/ por diferentes caminos / pasaba gente ilegal / a los Estados Unidos.
“Él era un tipo normal / un hombre bueno y valiente / que muchas veces pasó/ de gratis a mucha gente / no era un pollero formal / él era un hombre decente.
“Herido llego a Tijuana / arrastrándose en el fango / y ya no pudo pasar / más gente de contrabando / a unos tres días después / ya lo estaban sepultando.
“Por las fronteras del norte / hay muchos aventureros / unos paran en prisión / otros en el agujero / canta paloma Cu Cu /por la muerte del pollero”.
LA DIFERENCIA ENTRE
POLLERO Y COYOTE
Pero, como escribiera Rodolfo Casillas R., de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en “El tráfico de migrantes internacionales en México: diferencias entre pollero, coyote y traficante de migrantes” dado a conocer por Scielo Analytics:
“En la relación entre pollero y migrante domina la preservación del tejido social; en la relación entre coyote y migrante, el beneficio, sin importar el daño que pueda causar al tejido social al que pertenezca el pollo migrante. El coyote más experimentado pretende extraer mayores beneficios del tejido social del migrante cuando lo confina a situaciones en las que debe solicitar ayuda y protección a su tejido social. Obtiene pagos mayores al privar al pollo migrante de su libertad en algún tramo de su recorrido. Es un problema simple del mercado: ¿cuánto vale el pollo, de cuánto dispone quien se interesa en tenerlo, en cuidarlo, en liberarlo? El coyote es un depredador de los tejidos sociales…”
Casillas, precisa, además:
“Debido a la forma de relación entre el pollero y quienes emigran, no es posible concebir que aquel abandone a los migrantes en un vehículo en mitad del desierto: o sale avante con ellos, o corre la misma suerte fatal. Por eso es inaceptable llamar pollero a quien deja que los migrantes mueran hacinados en cualquier carretera, como ocurrió el 27 de junio de 2022, en San Antonio, Texas, donde murieron 56 migrantes indocumentados. Ese es, en su origen y esencia, lo que para la sociedad quiere decir pollero”.
Especifica:
“Coyote remite a la naturaleza: es un depredador que está a la caza de una víctima, independientemente de que esta vaya sola o acompañada. Eso es justamente lo que hacen las personas que actúan como coyotes cuando “cazan” a los migrantes en lugares estratégicos, como pueden ser los cruces de fronteras nacionales, sea Tijuana, Tecate, Mexicali o Nuevo Laredo. Allí aguardan a que lleguen los pollos migrantes y, recurriendo a alguna manera de violencia física o sutil, se los apropian.”
Como fuere…
Especifica el estudioso: “El traficante de migrantes es el producto social más logrado del mundo mercantil”.
Y sí, es evidente que la inmigración ilegal cumple siglos. Aseguran que la misma hacia Estados Unidos comenzó a finales del siglo XVIII una vez que ese país se independizó de la Gran Bretaña, pero hoy está en el cenit de los problemas de muchos países, sobre todo de Latinoamérica, debido a la llegada a la presidencia estadounidense, de Donald Trump.
Ciertamente, como señala, Science direct “…las redes criminales implicadas en el tráfico de inmigrantes ilegales han crecido inconmensurablemente desde el final de la Guerra Fría y la explosión de conflictos civiles en los antiguos países del bloque del Este”.
Además, expone: “…está la cuestión de cómo reaccionar ante los inmigrantes ilegales que se han establecido durante varios años en su país de adopción, donde han comenzado a integrarse socialmente, pero donde no han logrado cumplir los requisitos legales para obtener la ciudadanía legal”.
Los correrán, no cabe duda y tal vez ya no vuelvan a intentar cruzar países para lograr un sueño que puede convertirse en un infierno.
Y con música de corrido…
“Por las fronteras del norte / hay muchos aventureros / unos paran en prisión / otros en el agujero / canta paloma Cu Cu /por la muerte del pollero”.