Ernesto Zedillo aseguró que México requiere de una mandataria que gobierne con autoridad y no de una autocracia ejercida por un caudillo oculto en una oficina la anexa a la presidencia de República. Apuntó con el dedo flamígero: desde septiembre México se convirtió en una autocracia de un partido dominante como Morena.
“Los mexicanos necesitamos una presidenta que gobierne con mucha autoridad un país democrático, con mucho poder, con las reglas de la democracia”, estableció en su ponencia durante el Seminario de Perspectivas Económicas 2025, organizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
“Eso es lo que necesitamos los mexicanos y no necesitamos un país que sea una autocracia de partido hegemónico, donde el poder real e inmenso lo ejerza un caudillo instalado oculto en la oficina anexa a la Presidencia de la República”, manifestó el director del Programa para el Estudio de la Globalización de la Universidad de Yale.
“Queremos una presidenta que de verdad mande conforme a las facultades constitucionales, pero que mande conforme a las reglas de una República democrática”, apuntó Zedillo.
Agregó que México no es el país más democrático del mundo, por lo que es necesario detener y frenar los cambios a la Constitución emprendidos por el gobierno de Sheinbaum.
“Hasta hace poco, México se postulaba a ser un país democrático y en el que la supremacía del Estado de Derecho estaba bien estipulada en la Constitución”, leyó.
El exmandatario recordó que México podía acreditar que en las últimas décadas había trabajado arduamente acuerdos políticos necesarios para construir una verdadera democracia.
“Y tener ese punto de apoyo de llamarnos un país democrático, de llamarnos así con la verdad y los hechos, así como reclamar la importancia del Estado de Derecho y mostrar que estábamos haciendo las cosas que nuestro propio interés dicta para sacar adelante la economía de México debe ser la gran carta a jugar en la lucha por la defensa ante una posible destrucción del orden internacional”, indicó Zedillo.
“Hoy me preocupa mucho que en unos cuantos meses, México parece que ha perdido la categoría de ser un país democrático, que al menos en principio cree y trata de aplicar el Estado de Derecho”, apuntó.
Zedillo dijo que “formalmente nos llamábamos democracia, pero en los hechos no es democracia” cuando en el país no existen reglas justas ni instituciones que garanticen la aplicación de las reglas para llevar a cabo una competencia electoral correcta ni hay Poder Judicial independiente y profesional.
Declaró que las reformas emprendidas a finales del siglo XX con la participación de todos los partidos políticos corrigieron las anomalías históricas de la autocracia: “Todo eso ha sido destruido en los últimos meses y se ha aprobado una contrarreforma judicial que destruye el profesionalismo y la independencia del Poder Judicial”.
Zedillo señaló que la contrarreforma judicial convierte a ese poder un sirviente del Ejecutivo y del partido en el poder, lo cual “nos descalifica como democracia”.
“La revocación de mandato es una píldora de cianuro dejada en la Constitución, por lo que se requiere que la presidenta de la República la elimine”, afirmó
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