Transparencia exigida… ¿solo para unos?

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

En el mundo de Valdés, se dice, todo está al revés.

O la interpretación de la expresión que se le atribuye a Juárez: a los amigos, justifica y gracia, a los enemigos, justicia a secas.

La presidenta mexicana exigió que el Instituto Nacional Electoral transparente cómo y en qué va a gastar 7 mil millones de pesos que le asignó la Cámara de Diputados para la realización de la “elección de jueves, magistrados y ministros”, porque “si clarifican cuáles son los costos de la elección, el pueblo de México, no solo el Gobierno, puede enterarse por qué están pidiendo 10 mil millones de pesos, esa es la solicitud, que el INE transparente la elección y por qué dicen que van a reducir a la mitad el número de casillas”.

Por supuesto que debe explicar para qué quiere 10 mil millones, ya que la solicitud inicial fue de 13 mil 200 millones de pesos y con la “rebaja por tratarse del Gobierno federal” dicen en el INE necesitar 10 mil porque con 7 mil solamente se podrán la mitad de las casillas en 80 centros de votación, lo cual dará oportunidad al abstencionismo y a la aplicación de viejas prácticas electorales para que ganen los “cuates y las cuatas” que formarán el “nuevo y democrático poder judicial de la federación  (así, todo con minúsculas)”.

De llamar la atención la exigencia de la transparencia cuando el pasado gobierno envió la iniciativa para desaparecer el INAI y la sucesora cumplió el deseo de su mentor.

¿Por qué no transparentar los gastos de las obras llamadas insignia del gobierno anterior?

¿Por qué ocultarlos bajo el manto protector de la Ley de Seguridad Nacional?

¿Por qué se desconoce el monto total de todas y cada una de las tres obras “majestuosas?

En palabras del que ¿se fue?, el costo del tren Maya sería entre 120 mil y 150 mil millones de pesos y estaría terminado antes de finalizar su mandato. Hasta ahora, se le han invertido 430 mil millones de pesos y es una obra inconclusa a la que le otorgaron los diputados oficialistas 41 mil millones para 2025.

El eco de su voz se mantiene en torno a la refinería Olmeca, que ha sido inaugurada al igual que el chucuchucu, en repetidas ocasiones sin que refine siquiera un envase de refresco.

El NAIM es caso similar. Supuestamente al destruirlo se ahorrarían 300 mil millones con la edificación del AIFA, que costaría 75 mil millones. Ya rebasó los 120 mil, el gobierno debe 4 mil millones de dólares a quienes invirtieron y la deuda crece. Lo grave: el AIFA no está terminado: faltan las vías de comunicación, que fueron presupuestadas, acondicionamiento de las áreas de carga y servicios.

Todo lo que sabemos de las inversiones, es lo que se dijo en Palacio Nacional y por algunas investigaciones realizadas por periodistas, académicos y organizaciones civiles que, por estar resguardadas hasta por 12 años, no llegan a ser completas. Eso sí, demuestran, que los costos han sido mal planeados, inflados y en el peor de los casos, sin entrega de los materiales o servicios contratados.

¿Por qué, señora presidenta, no exige que se transparenten esos gastos?

Que nos expliquen a los ciudadanos en qué se han gastado casi un billón de pesos en las tres improductivas e inconclusas obras,

Por eso el mundo es como Valdés y cobra vigencia la frase atribuida a Juárez.

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Facebook Jesus Michel, X @misionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada.

 

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