4T privatizadora

Yo Campesino

* No cuadran las cuentas; regalan dinero en vez de invertir en salud y educación
Miguel A. Rocha Valencia
Siguen los malos augurios para la economía mexicana donde se derrumban indicadores, se desploma el empleo y crecen las presiones sobre un presupuesto que no alcanzará aunque lo metan en camisa de fuerza.
Para empezar y ante las presiones ya realizan reasignaciones por más de 40 mil millones de pesos para educación superior y salud, se corrigen “errores” pero se insiste en incrementar el dinero de regalo compra votos sin justificación económica sino política y se habla de favorecer a jóvenes, pero se escamotea la inversión a universidades reales para gastar en granjas para ideologizar a propagandistas cuatroteros parásitos presupuestales para los cuales incluso se abrieron plazas en la administración pública empezando por Servidores de la Nación.
Igual se vuelven inamovibles los paquetes destinados a las obras del tlatoani especialmente las entregadas como negocios verticales a los militares con tren, hoteles y desarrollos turísticos mientras que a la refinería y AIFA se le mete más dinero bueno que no se compensa con ingresos de regreso.
Y ni qué decir de la compra de votos disfrazada de programas sociales que no sólo pega en un presupuesto que sin elasticidad tiene comprometido casi el 80 ciento donde se integra el gasto corriente de la administración, pensiones institucionales, las 4T, pago de deuda y sus intereses, pérdidas de Pemex y CFE y subsidios, en tanto se sacrifica la inversión real y la mejora de servicios esenciales como la Salud donde hoy los mexicanos gastamos 37 por ciento más, por eso aunque los salarios suban, no alcanzan.
Tan sólo el año pasado, según la encuesta de Inegi, en los hogares se gastaron 751 mil 356 millones de pesos en servicios de salud, lo cual implica que en promedio en cada casa se gastaron 19 mil 315 pesos anuales para atenderse y adquirir medicamentos. En 2018 ese gasto fue de 15 mil 798 pesos.
Ahora que le recortan el dinero a la secretaria de Salud y con ello a los 13 Institutos Nacionales y que ya no existe el fondo de gastos catastróficos que se comieron los programas sociales, el gasto privado en medicamentos va en aumento, tan es así que el año pasado ese rubro fue de casi 335 mil millones de pesos en tanto que servicios de apoyo y hospitalarios incluyendo consultas médicas se llevaron más de 250 mil millones de pesos.
Y ¿Adivinen quiénes fueron los más afectados? Efectivamente quienes no tienen acceso a un sistema de salud institucional o los que padecen una enfermedad grave y de tratamiento en las áreas de nutrición, neurología, cancerología, enfermedades respiratorias y cardiología.
Será por eso que el sector salud privado va en aumento ya que su contribución al PIB con el 5.3 por ciento, representa cerca de 1.63 billones de pesos, donde las actividades hospitalarias y los consultorios médicos fueron los principales contribuyentes, en tanto que su poder empleador alcanzó a dos millones 175 mil trabajadores de todos los niveles.
Pero el dato que da el Inegi en cuanto a la oferta de bienes y servicios del sector salud alcanzaron un valor de tres billones de pesois de los cuales 79.3 por ciento provino de producción nacional, el 11.8 por ciento de importaciones  y el 8.9 por ciento correspondió a márgenes de comercio y transporte. De todo ello el gobierno adquirió el 36 por ciento en tanto que los hogares consumieron el 34.7 por ciento es decir casi está en el mismo nivel lo oficial y lo privado.
Con ello queda claro que en los tiempos estelares de la 4T se están privatizando más los servicios de salud que en todo el periodo neoliberal. Al menos eso indican los números.
Lo peor como siempre, está por venir porque con los ajustes actuales, los institutos de salud ya de por sí saturados meterán mano a sus padrones de derechohabientes para ”rasurarlos”.
Y es que en esa derecho habiencia hay muchos pensionados del ISSSTE a IMSS que prefieren pagar por sus consultas en esas instituciones especializadas que esperar meses para ser atendidos en los otros sistemas donde además, hay escasez de especialistas porque ganan más en el sector privado que en el oficial donde se les regatean salarios y prestaciones.

Igual sucede en educación donde con recortes impiden aumento en la matrícula en las universidades públicas y favorecen la de las privadas que ganan prestigio y espacio a veces forzado por el aumento de rechazados. Claro cualquier cosa será mejor que las del bienestar o Benito Juárez.

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