Adán y Ricardo ¿Pagan Facturas?

*La Defensa en Favor de Roya Moya,

Levanta Sospecha

*Conferencias de Prensa en las que 

Monreal Corrige

*Trato de “Amigo Cercano” le Brindan 

en el Senado

 

ALBERTO ALMAZÁN

 

Cuando el río suena, agua lleva, dice el popular refrán y es una verdad de Perogrullo.

Aplicable a todo aquello que surge del rumor y éste emerge de informaciones “no oficiales”, charlas de café, diciendo salud en la cantina o simplemente porque alguien tuvo a bien leer, indagar, atacar cabos y tensar la cuerda hasta ahorcar a quien se la colocó en el cuello.

Desde hace 90 días, Rubén Roya Moya se encuentra en el vórtice del huracán, cuando la violencia estalló en Culiacán y ha cobra cerca de 500 vidas y otro tanto se encuentra desaparecida. 

Son ejecuciones entre grupos criminales, clama el gobernador que acaba de rendir su tercer informa de gobierno y, por supuesto, arropado por Ricardo Monreal, jefe de la banda de Morena en la Cámara de Diputados y antes de los senadores. Ignacio Mier, el brazo derecho de Adán Augusto López Hernández, el personaje que amenaza con expedientes judiciales y lo hace verbalmente y confiesa que “lo que digo en el Senado lo sostengo en la calle”, lo representa.

Por la crisis política y de seguridad que se vive en Sinaloa, el mandatario viaja constantemente no solo a Los Ángeles sino a la Ciudad de México, en donde ha dialogado con la presidenta Claudia Sheinbaum, con la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, con el secretario de Seguridad, Omar Harfuch García y con sus consejeros, voceros, protectores y defensores del Poder Legislativo. Léase Ricardo Monreal y Adán Augusto López.

En cada ocasión que aterriza en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, es recibido en el Senado y en la Cámara de Diputados, en donde “ofrece conferencias de prensa” y en las que desvaría y Monreal tiene que tomar el papel de “corrector de estilo” y señalar “lo que el gobernador quiso decir…”.

¿Qué deudas tienen por pagar los congresistas que proteger a quien por las evidencias tiene presuntos nexos con el crimen organizado?

A raíz del secuestro, viaje de placer o “extracción” de Ismael Zambada, ocurrido el 26 de julio en la Hacienda Huertos del Pedregal, el gobernador salió a la palestra porque, supuestamente, acudiría a una reunión con el criminal más buscado por las autoridades de Estados Unidos y por el cual se ofrecía una recompensa de 15 millones de dólares y en la que estaría presente el diputado electo, Héctor Melesio Cuén Ojeda, hallado horas más tarde asesinado en una estación de gasolina, cuestión que fue destrozada por la indagatoria de la Fiscalía General de la República.

El señor Rocha Moya aseguró no haber estado, porque nunca fue invitado, y que se encontraba en Los Ángeles para disfrutar de un partido de beisbol, situación que periodistas sinaloenses desmintieron al no encontrar registro de su acceso a Estados Unidos.

Desde entonces, el nombre del exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, ha sido objeto de señalamientos y, por lo que se sabe, existe una carpeta de investigación federal sobre sus posibles nexos con los hijos del chapo Guzmán, particularmente con Joaquín -quien encabezó el secuestro extracción- y Ovidio, el heredero del emporio criminal creado por su padre y su padrino, El Mayo.

Hasta ahora no se ha comprobado fehacientemente su participación con los criminales y, sin embargo, en cada ocasión en que se encuentra con la prensa o la convoca para hablar de su honestidad, su honradez, su verticalidad como funcionario y como persona, aflora la misma pregunta y la misma respuesta es la que se escucha: son inventos de los periodistas.

EL ESTALLIDO DE

LA VIOLENCIA

Cinco semanas después de ser capturado El Mayo, los hijos de los compadres y socios, los mayitos y los chapitos, iniciaron la guerra que ya cumple 91 días de haberse iniciado este martes.

Durante tres meses Culiacán y cuatro municipios más de la entidad, incluyendo Mazatlán, han sido testigos de una guerra sin cuartel entre los dos grupos señalados como los fabricantes del fentanilo que inunda Estados Unidos.

En estos días, cuando todo apunta a la ingobernabilidad no obstante la presencia de 2 mil 700 elementos del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional, la especie que relaciona al gobernador con el grupo de los chapitos crece y es tema de las charlas cotidianas de las culiches.

Ante la incapacidad de las fuerzas federales, estatales y municipales de frenar la ola expansiva del criminal organizado, la presidenta de la República ordeno al secretario de Seguridad trasladarse a Culiacán, acompañado de los grupos tácticos de la Defensa Nacional y Marina, para encontrar el camino de la pacificación.

Mientras esto ocurre, los congresistas Monreal, Hernández y Mier, además de otros de Morena, defienden la “labor” desarrollada por el gobernador y lo respaldan como si los sinaloenses y el resto de los habitantes del país estuvieran ciegos y no supieran la indolencia gubernamental.

¿QUÉ DEBEN?

Adán Augusto López y Ricardo Monreal al igual que Ignacio Mier no son “amigos de toda la vida” del gobernador Rocha Moya.

Sin embargo, actúan y hablan como los abogados defensores de un mandatario al que le estalló en las manos la bomba de tiempo que sembraron, ciertamente, gobiernos del pasado y que no supo desactivar durante 2 años y 9 meses.

El respaldo del expresidente López Obrador y de la presidenta Sheinbaum es extremado. Antes de salir de Palacio Nacional y ya terminad la gira de la despedida, ambos personajes estuvieron en Culiacán en tres ocasiones, con la intención de mostrar que “el gobernador no está solo”.

No existe una razón lógica para que Rocha Moya cuente con el respaldo presidencial, a no ser la presunta relación del expresidente con la familia Guzmán.

La evidencia, sustentada en la rumorología y aunque desmentida en la DEA tiene “otros datos” cobra fuerza en torno a la relación AMLO-Chapo-Rocha.

Hasta ahora nada es oficial.

Sin embargo, cundo el río suena, agua lleva.

 

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