*La “guerra” entre criminales, desvela protección
*Decomisos y migrantes, responden a amenazas
*El fracaso de la gira de Kamala Harris, evidente
*Deportaciones provocarán una crisis humanitaria
POR JESÚS MICHEL NARVÁEZ
¿Se acabó la connivencia?
Podría interpretarse así. Las evidencias ponen al descubierto que la decisión es política y responde, quiérase o no reconocer, la respuesta que impida concretar las amenazas provenientes del presidente electo de los Estados Unidos.
Durante seis años, el Cártel de Sinaloa, sus cabezas, fue intocable. Y muy probablemente lo mismo ocurrió con algunos criminales de “alto rango” por los que, incluso, la DEA ofreció hasta 18 millones de dólares por información que llevara a la captura. Otros miembros de las bandas, de menor importancia, pero activos en el tráfico de drogas hacia la Unión Americana, eran blanco de las agencias estadounidenses y por el que menos se ofreció dinero la cifra alcanzaba los 2 millones de billetes verdes.
A partir de la “extracción” de Ismael El Mayo Zambada, la guerra entre los mayitos y los chapitos los distrajo o cedieron espacio y a las capturas y abatimiento de otros sicarios se sumaron cuando menos una decena de decomisos. El más reciente, considerado como el mayor en la historia de la lucha contra la producción fentanilo, confirmó lo que siempre negó el expresidente Andrés Manuel López: que en México sí se produce la letal droga.
De ahí la conjetura de estimar que la protección gubernamental a los chapitos, ha llegado a su fin.
Hay versiones encontradas sobre el golpe, no mortal aún, a los narcotraficantes, de que más allá del trabajo de investigación realizado por la coordinación de la política de seguridad nacional, hubo un tip que permitió el decomiso y se atribuye a El Mayo.
Si la especie llegase a ser confirmada, mostraría que la presunta y casi segura protección gubernamental solamente se proporcionaba a Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo” y que ello generó la ruptura con El Mayo. No es descartable la hipótesis si se unen las piezas del rompecabezas y se entiende, entonces, las constantes visita del expresidente a Badiraguato y la construcción de una carretera que es utilizada para el trasiego de la droga letal.
¿Hasta dónde llegará la operación contra los antes intocables?
Imposible determinarlo y solamente los hechos dirán las palabras adecuadas.
No se debe perder de vista por ningún concepto, el actuar del gobierno federal, el nuevo, en dos temas fundamentales y que se atienden ahora en aras de demostrar al republicano que regresa a la Casa Blanca, que “sí hay cooperación”.
1.- La persecución de productos chinos que llegan a México de contrabando, pasando por las adunas a cargo de la Secretaría de Marina, transportadas por aire, mar y tierra desde los puntos de ingreso hasta la Ciudad de México de donde se distribuye para el resto del país y,
2.- La detención de migrantes que buscan cruzar el país para llegar a la frontera norte.
En el primero de los casos, sorprende que sea el secretario de Economía el que salga a dar la cara e informe que se “acabó la fiesta”, cuando ésta ha tenido una duración de décadas y, aunque se niegue y se haga burla de la pregunta que se formula al respecto, se atiende con “diligencia” la amenaza lanzada desde Nueva York.
Lo mismo ocurre en el segundo. La semana pasada, el miércoles, en un solo día, cinco mil migrantes fueron detenidos en la frontera sur.
METEORITOS
Se entiende que miles de personas abandonen sus países de origen, sobre todo venezolanos, colombianos, haitianos, hondureños, salvadoreños, guatemaltecos sin restar importancia a los otros que provienen de Asia y Europa.
Y México, que ha gozado del reconocimiento global desde hace un siglo por su política de recibir a migrantes de todos los países del mundo y que gracias a la recepción en suelo nacional sus vidas fueron salvadas, tiene ahora que frenar, con un muro humano, el cruce por la frontera sur.
No lo hace por decisión propia. Trata de demostrar que ofrece cooperación con Estados Unidos, sin que ello represente sumisión, según las palabras de la presidenta Claudia Sheinbaum.
La propuesta que hace tiene lógica, pero no será atendida: que el gobierno de Estados Unidos deporte a sus lugares de origen a los migrantes que no reciba y con ello se impida convertir a México en un “tercer país”.
De no estudiar la propuesta mexicana y expulsar a miles, cientos de miles, probablemente millones de ilegales que se encuentran en tierras que antes fueron de México, el problema no se resuelve y generaría una crisis humanitaria.
Esta se produciría al depositar del otro lado del Río Bravo a los migrantes y obligar al gobierno federal y a los estatales, a atenderlos y otorgar alimentación, atención médica, escolar y de ser posible empleo, hasta que puedan regresar a sus países.
BRILLA EL SOL
El problema de fondo es que a México se la carga la mano. Nadie ha formalizado un señalamiento a los países expulsores.
La gira que realizara Kamala Harris a 3 países centroamericano recién tomó posesión como vicepresidenta, no causó efecto alguno en las políticas de sus gobiernos.
Por el contrario, fueron los momentos en que las caravanas de migrantes sumaron miles de personas, familias completas, que huyeron sus países por diversas causas, la principal, la pobreza y en segundo término la persecución de que fueron objeto por parte de las autoridades de sus países.
Mientras las dictaduras prevalezcan y la pérdida de libertades conjuntada con las persecuciones consideraras políticas y que tienen llenas las cárceles, la migración seguirá y la crisis humanitaria será irreversible.
Hay que entender que México no es responsable de las políticas de otros gobiernos, aunque durante el sexenio pasado la relación con los llamados populistas, sobre todo de izquierda, fueran reconocidos y tratados como “amigos”.
Sin atender el origen de la migración, no hay solución posible.
