Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Los antros se han convertido el “trampas de la muerte”.
EN los últimos meses han sido el blanco de grupos criminales.
Y los eventos ocurren lo mismo en lo que hasta hace dos semanas era considerado uno de los estados más seguros del país: Querétaro, se multiplican en Tabasco -en Villahermosa-, loas municipios conurbados con Guadalajara; otros en diversas poblaciones del Estado de México. EN guerrero los incendian cuando los propietarios se niegan a pagar el derecho de piso y cuando menos cinco ceremonias en donde habría casorios, los criminales llegan sin invitación y disparan a quien se mueva.
Las autoridades estatales y municipales niegan que los hechos tengan relación o que hayan sido cometidos por el mismo grupo criminal. Después de las masacres, la información oficial refiere que son motivadas por venganzas o por la búsqueda de sicarios que buscan integrarse a las bandas criminales.
Parecería, de ser cierta la especie, que los grupos que azuelan al país con sus enfrentamientos, se han quedado sin asesinos a sueldo. Y no porque la autoridad federal los haya llevado a “mejor vida”, sino por los propios choques entre las bandas que pelean las plazas, llámese Acapulco, Naucalpan, Guadalajara, Culiacán y otras.
La redada del pasado viernes en el Estado de México, no alcanzó a los bares, los conocidos antros en donde se reúnen jefes y subjefes de plaza. Seguramente estarán en la agenda del poderoso secretario de Seguridad Pública y Participación Ciudadana.
Deseable que así sea, porque a los antros ingresan miles de personas sobre todo los fines de semana y el riesgo de perder la vida sin tener nexos con el crimen o el narcotráfico. Entre la población que asiste la mayoría es de jóvenes que solamente quieren vivir el destrampe sin ir más lejos.
Sin embargo, no son pocos los propietarios o socios de los antros que están ligados con el narcotráfico, porque se trata de un mercado vulnerable a falta de vigilancia, ya no estricta, eventual de las policías.
Hay que estimar que muchos de los uniformados están en connivencia con los criminales y la muestra es la aprehensión de los funcionarios de diversos municipios en el Estado de México, entre quienes se encontraba una alcaldesa y su marido quien cobraba como director del DIF.
Una de las poblaciones que se ha vuelto de alto riesgo es Villahermosa, en donde en los antros se reúnen las cabezas visibles que dominan la plaza y que pelean grupos locales avalados por los cárteles poderosos, es decir, JNG y Sinaloa.
Desde el relevo de gobierno, Tabasco ha llenado infinidad de páginas por los hechos sangrientos, no por los nulos avances del nuevo mandatario, Javier May, quien aprendió del maestro de la manipulación, su paisano, el expresidente que dicen vive en Palenque, y minimiza todos los hechos y hasta en la presidencia de la República afirman que las cosas “no son tan graves como se relatan en los medios tradicionales y redes sociales”.
Ello no desaparece el infierno en el que viven los habitantes de Villahermosa.
Como colofón hay que decir que, en el municipio de Jalapa, del mismo estado, durante la celebración de una boda, llegó un grupo criminal y asesinó a una persona e hirió a los pares de la novia. No hay información que determine el móvil.
¿Qué buscan y encuentran los grupos armados en antros y bodas?
Hasta ahora es un misterio. Es probable que en ambos sitios se encuentre aleatoriamente algún adversario de quien quiera controlar la plaza o bien ubican en dónde se mueve para darle su “merecido”.
Y mientras avanza la coordinación y el cambio de estrategia para contener la violencia, los elementos de la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina llegan a los lugares en donde cometieron los ataques para “resguardar las escenas del crimen”.
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