ULISES CORONA*
El ejercicio del liderazgo en procesos de transición y consolidación democrática como el que acontece en México, requiere hombres y mujeres de cualidades específicas adaptadas a las necesidades de gobernanza, inclusión y la manutención de la estabilidad.
A continuación, se describen las características clave para cada género en estos contextos, destacando que muchas de estas habilidades son complementarias e indispensable -independientemente del género- en este mínimo listado considero a la formación cívica y cultura política como eje de mediación en la creación de nuevos liderazgos sociales que requiere nuestra vida pública.
-Orientación estratégica: Las ideas tendrán que destacarse por su capacidad de diseñar estrategias de largo plazo y construir coaliciones políticas con actores diversos, lo que es crucial para garantizar estabilidad en procesos democráticos.
-Toma de decisiones en contextos adversos: Mostrar determinación y confianza para tomar decisiones en momentos críticos, incluso cuando puedan generar oposición o controversia.
-Construcción de redes políticas tradicionales: Se requiere contar con una ventaja en el acceso a estructuras de poder tradicionales y redes políticas consolidadas, facilitando la negociación con actores clave.
-Énfasis en la autoridad: Sin importar género, un estilo de liderazgo basado en la autoridad y el control puede ser efectivo para imponer disciplina en momentos de transición política.
-Personalidades competitivas: En contextos democráticos emergentes, un enfoque competitivo, en igualdad de género puede ser útil para superar obstáculos o resistencias que dificulten las reformas necesarias.
-Enfoques inclusivos y participativos: Las mujeres suelen favorecer un liderazgo horizontal y colaborativo, integrando a diversos sectores de la sociedad, lo que fomenta la legitimidad y el consenso en momentos de cambio.
-Habilidades de mediación y diálogo: Las mujeres tienden a ser más efectivas en la resolución de conflictos y la construcción de acuerdos entre sectores políticos y sociales diversos.
-Resiliencia y adaptabilidad: Las mujeres en liderazgo muestran una notable capacidad para enfrentar adversidades y adaptarse a entornos cambiantes, características esenciales en procesos de consolidación democrática.
-Compromiso a los valores democráticos: Independientemente del género, los líderes deben actuar con firmeza en la defensa de la democracia, la pluralidad y el respeto por los derechos humanos.
-Capacidad de negociación: Mujeres y hombres y deben ser capaces de establecer acuerdos con diversos sectores políticos, económicos y sociales para garantizar la estabilidad del sistema.
-Visión transformadora: Se requiere un liderazgo que combine una visión a largo plazo con acciones concretas para fortalecer las instituciones democráticas y aumentar la confianza ciudadana.
-Gestión del cambio: La habilidad para gestionar transiciones con orden y evitar retrocesos autoritarios es crítica para consolidar la democracia.
México requiere en procesos de transición democrática, liderazgos eficaces y efectivos, siendo necesario la capacidad para combinar habilidades estratégicas en los sectores, público, social y privado; así como formalidades éticas y de inclusión.
Si me preguntan, México necesita de la formación, crear hombres y mujeres de estado, mexicanas y mexicanos estadistas que tengan como principio que siempre:
La patria es primero.
Académico Universitario*.