NIDIA MARIN
El 2 de noviembre por llegar, se llevará a cabo, como cada año, el Dia de Muertos que, como señalan los intelectuales, “es una celebración a la memoria y un ritual que privilegia el recuerdo sobre el olvido”.
Pero también -¡oh ironía! para quienes nos aborrecen- es el Día Internacional Para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes Contra Periodistas, de acuerdo con las Naciones Unidas.
Porque en el mundo y sobre todo en México los siguen asesinando.
En el primer mes del actual sexenio aún no se ha registrado algún crimen de periodistas, tras el cierre fatal del anterior cuando en seis años los homicidios de comunicadores de México registraron la cifra de 47, ¿para dicha de ya saben quién? Probablemente.
Como precisa la ONU, en el mundo y en nuestro país, el periodismo es fundamental para el desarrollo sostenible, la protección de los derechos humanos y la consolidación democrática, pero sigue siendo una profesión peligrosa y, con demasiada frecuencia, mortal. Nueve de cada diez asesinatos de periodistas en el mundo quedan sin resolver… en México es peor.
Cómo estará el asunto en el mundo que, según el Observatorio de Periodistas Asesinados, de la Organización de las Naciones Unidas Para la Educación y la Cultura (UNESCO), 1614 periodistas han sido asesinados desde 1993, de los cuales 33 pertenecen solo a 2023. Y esto datos son hasta agosto del año pasado, porque los nuevos no tardarán en ser dados a conocer.
En México, el más reciente asesinato (de acuerdo a la institución internacional Artículo 19), ocurrió el pasado 28 de junio en Chiapas. Ese día, el periodista Víctor Alfonso Culebro Morales, director del portal informativo “Realidades” y colaborador de Radio Fórmula, fue asesinado y su cuerpo abandonado en el kilómetro 28 de la carretera Ocozocoautla-Arriaga.
Ello sucedió tras los enfrentamientos en la entidad entre elementos de seguridad (31,000 desplegados) en la zona de Ocosingo y el incremento del número de desaparecidos en el estado.
La cifra de los compañeros periodistas asesinados en el siglo XXI en la República Mexicana sumaba 166, de los cuales 154 son varones y 12 mujeres… más los que se acumulen.
Y ellas, señala la UNESCO, las periodistas se ven particularmente afectadas por las amenazas y los ataques, en especial cuando se realizan en línea.
Según el reciente documento de trabajo de la UNESCO, “The Chilling: Tendencias mundiales de la violencia en línea contra mujeres periodistas”, el 73% de las periodistas encuestadas dijeron que habían sido amenazadas, intimidadas e insultadas en línea en relación con su trabajo.
UN PLAN PARA
SU DEFENSA
Sí bien siguen siendo lamentables este tipo de sucesos en México, en los primeros diez años del Plan de Acción de la ONU sobre la Seguridad de los Periodistas y la Cuestión de la Impunidad, se han producido mejoras significativas en la promoción de un entorno más seguro y propicio para los periodistas y los trabajadores de los medios de comunicación (en el mundo).
Ello, precisa el organismo internacional, no obstante la disminución de la libertad de prensa, la reducción de la confianza pública en el periodismo profesional y la alteración de los modelos de negocio de los medios de comunicación.
¿Significará que el anterior mandatario mexicano, principal hostigador de los periodistas, se salió con la suya, tras los sistemáticos ataques desde su tribuna?
Es posible, pero sobre todo debido a que “han surgido nuevas amenazas para la libertad de expresión y la seguridad de los periodistas, que no se habían previsto cuando se concibió el Plan”. Como considera la ONU.
Las amenazas que enumera son, por ejemplo: la vigilancia digital, la violencia en línea y los ciberdelitos, pero también la creciente prevalencia de la desinformación y la incitación al odio, actitud fundamental registrada en México en el pasado sexenio.
Hace hincapié en otros desafíos, como “…el uso de demandas estratégicas contra la participación pública que a menudo se dirigen contra los periodistas para impedirles informar sobre asuntos de interés público o la creciente necesidad de proporcionar ayuda de emergencia a los periodistas tanto en situaciones de conflicto como de no conflicto”.
También refiere que cada vez más frecuentes son las agresiones a comunicadores mientras cubren manifestaciones y protestas, ya sea por parte de las fuerzas de seguridad o de los participantes en dichas manifestaciones.
Además…
“Numerosos informes y estudios confirman que las amenazas afectan en mayor medida a las mujeres periodistas y a quienes representan a grupos minoritarios”.
Ojalá que como conminara el secretario general de la ONU, Antonio Guterres:
“Dejen de atacar la verdad y a quienes la dicen. Cuando los periodistas defienden la verdad, el mundo está con ellos”.
Y advierte: “El tipo de noticias que son “silenciadas” es exactamente el tipo de información que la opinión pública necesita conocer”.