Una rebaja en la calificación tanto soberana como para Pemex es una cuestión de tiempo, consideró Citi al señalar que la estrategia no resuelve los principales problemas estructurales de la sociedad y el gobierno confirma que no entiende la naturaleza ni importancia de la fragilidad de la petrolera.
El plan es decepcionante y no hace nada para retrasar una rebaja en el crédito soberano de México y en Pemex, que mantiene un sesgo negativo, señala en una nota para sus inversionistas.
Citi señala que la estrategia principal que se anunció para dotar a la petrolera de apoyo del gobierno federal durante los primeros tres años para que alcance el equilibrio en 2021 ya se esperaba.
La probabilidad de una rebaja a nivel basura por parte de Moody’s es más alta. El Plan de Negocios, advierte, no aporta nada nuevo.
El gobierno federal se propone reducir la tasa del Derecho de Utilidad Compartida, de 65 por ciento este año, a 58 por ciento en 2020, y 54 por ciento en 2021. Este esquema dará a Pemex 45 mil millones de pesos en 2020, y 83 mil millones en 2021, un monto significativamente menor respecto a lo que Citi considera necesario.
¿Qué es realmente nuevo?, cuestiona Citi. El gobierno dio a conocer las aportaciones de capital de Pemex para 66 mil millones de pesos en 2020, cifra que ya se conocía, 38 mil millones en 2021, y 37 mil millones en 2022. “Esto es muy decepcionante, en nuestra opinión”.
Además, señala que el gobierno dice que va a permitir la participación privada, pero sólo a través de acuerdos de servicios, un modelo previo a la reforma energética que en el pasado no ha funcionado y deja del lado el esquema de farmouts .
Fitch baja calificación de Pemex a grado especulativo, sus bonos ya son «basura»
El plan financiero para alcanzar el equilibrio en 2012 es negativo y podría ser un disparador para una baja de las calificaciones, señaló en su reporte elaborado por Ernesto Revilla.
En su análisis advierte que habrá consecuencias para las finanzas públicas federales, porque los apoyos anunciados para los próximos tres años sumarán presión a las finanzas públicas que ya enfrentan un contexto difícil.
“Con la desaceleración de la economía hacia abajo y los ingresos fiscales de 2019 y 2020 con un sesgo a la baja, una menos optimista escenario de los precios del petróleo en el mediano plazo y presupuestos crecientes de los programas sociales y proyectos de infraestructura de la administración, parece que va a ser difícil mantener un superávit primario”. En este contexto, anticipó episodios de volatilidad hacia adelante.