Moscú tilda de desinformación las recientes declaraciones de Borrell sobre las FFAA rusas

Las recientes declaraciones del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, sobre presuntas ejecuciones de prisioneros de guerra ucranianos a manos de las Fuerzas Armadas de Rusia no son nada más que información falsa, declaró la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova.
Anteriormente, el alto diplomático europeo emitió un comunicado en el que señaló que supuestas «ejecuciones de prisioneros de guerra ucranianos por parte de Rusia siguen en aumento».
«Dada la falta de éxitos de las FFAA de Ucrania en la línea de contacto, la Unión Europea y, más específicamente, el saliente jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, están avivando la propaganda proucraniana e inventando cada vez más desinformación para denigrar a Rusia», indicó Zajárova en un comunicado, publicado en la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.
En particular, el alto representante de la UE «volvió a lanzar acusaciones infundadas» contra Rusia «por los presuntos asesinatos de militantes ucranianos capturados», especificó la vocera.
«En aquel entonces fueron capturados los neonazis que habían lanzado un ataque bárbaro contra la población civil de la provincia [rusa] de Kursk, que secuestraban y mataban a civiles, los llevaban a un campo de concentración, abusaban de ellos, sembraban el terror y realizaban saqueos en territorio ruso», señaló.

Borrell, al igual que la mayoría de los líderes de los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), «prefiere no darse cuenta de los crímenes de sus protegidos ucranianos», expresó su convicción Zajárova.
«Además, el jefe de la diplomacia europea ha admitido en reiteradas ocasiones que desde el comienzo del conflicto ha sido capaz de detener los combates en solo dos semanas y de este modo salvar vidas», agregó la diplomática rusa.
Sin embargo, la UE no tuvo ni tiene la intención de hacerlo y persigue «un objetivo inalcanzable»: infligir una derrota estratégica a Rusia «a costa de las vidas de los ucranianos, que se han convertido en moneda de cambio en manos de las élites occidentales rusófobas», subrayó.
Rusia continúa desde el 24 de febrero de 2022 la operación militar especial en Ucrania, cuyos objetivos son proteger a la población de un genocidio por parte de Kiev y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la OTAN hacia el este.

Hasta la fecha, Ucrania ha condicionado el cese de las hostilidades a la recuperación de todos los territorios, incluida Crimea, que se unió a Rusia en marzo de 2014.
La última ronda de conversaciones entre Moscú y Kiev para lograr un acuerdo de fin de las hostilidades, tuvo lugar el 29 de marzo de 2022 en la ciudad turca de Estambul, y desde entonces los países no han vuelto a retomarlas.
Moscú en repetidas ocasiones se declaró dispuesto a reanudar el proceso negociador con Kiev, pero lo condicionó a la cancelación del decreto ucraniano que prohíbe retomar las negociaciones con Rusia.
A mediados de junio pasado, Putin formuló varias condiciones clave para iniciar las negociaciones de paz, en particular, que Ucrania retire las tropas de cuatro nuevos territorios rusos —Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporozhie—, desista de adherirse a la OTAN y mantenga el estatus neutral, no alineado y no nuclear; y que además se levanten todas las sanciones contra Rusia. No obstante, Volodímir Zelenski, rechazó la propuesta, calificándola de ultimátum. Sputnik

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