¿Por qué un giro hacia los BRICS es «la opción natural» de Asia?

La ampliación de los BRICS refleja la decepción de los países asiáticos con EEUU y el orden mundial liderado por ese país, escribe el columnista de ‘Global Times’, Sun Peisong. El deseo de Washington de formar su bando basándose en bloques y alianzas es contrario a los intereses de Asia, que da prioridad a un mundo multipolar, señala.
Como recuerda el autor, desde principios de 2024, la tendencia a unirse a los BRICS se ha convertido en un fenómeno destacado en el ámbito de la diplomacia, a pesar de que las autoridades estadounidenses aseguran que la política exterior de los países asiáticos es presuntamente «convergente» con la de Estados Unidos.
Sin embargo, el Gobierno tailandés aprobó en mayo un plan para solicitar formalmente la adhesión a los BRICS. En junio, representantes de 12 países no miembros de este grupo participaron en la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores de los BRICS con países en desarrollo.
De rumbo semejante, en julio, el primer ministro malasio, Anwar Ibrahim, anunció que su Estado había solicitado formalmente la adhesión a los BRICS. Siria presentó su solicitud de ingreso al grupo el 5 de octubre y Sri Lanka se unió a la petición el 14 de octubre.
«A juzgar por la tendencia [de] los países asiáticos a solicitar su adhesión a los BRICS, esta afirmación de Estados Unidos parece poco convincente», observa Peisong.

Según el autor, las aspiraciones listadas, en primer lugar, podrían significar el creciente distanciamiento de las naciones asiáticas de la «estrategia indopacífica» de Estados Unidos.
Como indica el artículo, la Casa Blanca ve a Asia a través del prisma de la rivalidad estratégica entre EEUU y China y presiona a los Estados de ese continente para que se pongan de su lado. Pero como las prioridades de las naciones asiáticas no coinciden con las estadounidenses, y el apoyo a la confrontación entre Washington y Pekín «no figura en la agenda política» de la mayoría de estos países, responden adoptando una postura neutral.
En segundo lugar, prosigue el citado autor, la formación de «campos económicos» tampoco interesa a los países asiáticos, ya que su principal objetivo es el crecimiento y el desarrollo en el ámbito de la economía, que es el factor clave que les empuja a unirse a los BRICS.
«Los mercados abiertos son la espina dorsal del desarrollo económico para todos los países asiáticos y Estados Unidos se ha convertido en un obstáculo para una economía global abierta. Por ello, la mayoría de ellos se inclinan por los BRICS, lo que demuestra su desilusión con el orden liderado por Washington», explica.
Aunque siete países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático se han incorporado al programa Marco Económico para la Prosperidad del Indo-Pacífico (IPEF, por sus siglas en inglés), Estados Unidos no les ha ofrecido un mayor acceso al mercado. Y en medio del enorme potencial económico de la Iniciativa de la Franja y la Ruta china, la de Washington «no parece más que simbólica».

Todo eso pone de manifiesto que el orden económico liderado por Estados Unidos, basado en alianzas y bloques económicos, «contrasta fuertemente con el deseo de los países asiáticos de buscar nuevas oportunidades y compartir beneficios en mercados abiertos», opina el columnista.
En consecuencia, continúa, las iniciativas como los BRICS o la Franja y la Ruta se han convertido en «una opción natural» para los países asiáticos que no quieren que la geopolítica limite sus relaciones económicas.
«El creciente deseo de muchos países de unirse a la familia BRICS indica que las economías emergentes buscan nuevos mecanismos multilaterales internacionales para reflejar mejor la dinámica de este nuevo mundo», concluye. Sputnik

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