El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha expresado su profunda preocupación por la situación crítica que enfrenta el sector sanitario en Líbano, tras el inicio el 1 de octubre de la ofensiva militar de Israel contra las milicias de Hezbolá.
La violencia ha causado el cierre de aproximadamente la mitad de los 207 centros de atención primaria en el sur de Líbano y en la zona sur de Beirut.
Además, debido al «daño estructural» infligido por los ataques, cinco hospitales han tenido que suspender sus operaciones, lo que agrava aún más la crisis sanitaria.
“El número de heridos sigue aumentando”, advirtió Ghebreyesus. Según el Ministerio de Salud libanés, se estima que alrededor de 2.000 personas han perdido la vida y cerca de 10.000 han resultado heridas desde el inicio del conflicto.
El director general subrayó que el sistema sanitario del país ya está al borde del colapso, enfrentando serias limitaciones en términos de recursos humanos y materiales.
Ghebreyesus hizo un llamado urgente a la protección de pacientes y trabajadores de la salud, destacando la necesidad apremiante de restaurar la paz y la estabilidad en la región.
«La comunidad internacional debe actuar con prontitud para salvaguardar la vida y la salud de quienes están en la primera línea de atención médica», añadió.
En respuesta, Israel advirtió que seguirá atacando vehículos o edificaciones médicas, si sus fuentes confirman que dentro de esas estructuras se trasladan materiales subversivos de grupos “terroristas”.
«Cualquier vehículo que se demuestre que contiene operativos armados con la intención de llevar a cabo terrorismo, independientemente del tipo de vehículo, es un objetivo militar», indicaron las autoridades israelíes. Telesur