La división 98 del Ejército israelí, que incluye a paracaidistas y brigadas de comandos, se ha estado preparando durante las últimas semanas para la incursión terrestre en el sur del Líbano que comenzó el 30 de septiembre por la noche.
«Después de meses de intensa actividad en la Franja de Gaza, durante los cuales los soldados de la división adquirieron habilidades y experiencia operativa, fueron desplegados en el norte de Israel y ahora están operando allí después de hacer las adaptaciones necesarias para el combate en el Líbano», decía el comunicado militar israelí.
El comandante de la unidad de élite Egoz dijo a los soldados: «Tenemos el gran privilegio de escribir la historia, como lo hicimos en Gaza (…) de hacerlo aquí en el Líbano también (…) Comenzamos con operaciones de bajo perfil, y hoy [1 de octubre] vamos a comenzar una maniobra más significativa».
Según él, la incursión terrestre es «trascendental», ya que Israel «no ha operado en el Líbano desde 2006».
Las incursiones terrestres en El Líbano comenzaron a sentirse la noche del 30 de septiembre por informes tanto libaneses como de civiles israelíes, mientras las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) urgían al público a no difundir rumores ni informaciones que pudieran «perjudicar a las tropas y ayudar al enemigo».
Israel y el Hizbulá del Líbano se encontraban en una guerra no declarada desde el pasado 8 de octubre, cuando la milicia chií comenzó a lanzar misiles y drones suicidas hacia las comunidades del norte de Israel como gesto de solidaridad con el movimiento palestino Hamás, tras su incursión armada en Israel, que a su vez respondió a cada ataque.
Las acciones, tanto de Israel como de Hizbulá, se han ido incrementando y el Ejército israelí confirmó la entrada terrestre en el país vecino que se venía sospechando que podría suceder. Esto no disipa los temores a un conflicto regional mayor en el que podría intervenir Irán. Estados Unidos e Israel planifican acciones conjuntas militares en la zona, según informan medios estadounidenses. Sputnik