Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Hace un par de días, el desgobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Mota, negó que vaya a solicitar licencia por “motivos de salud”.
Esté o no enfermo, lo conducente es que ¡lo corran!
De acuerdo con cifras oficiales publicadas por el rotativo Noreste, en 18 días han sido ejecutadas 97 personas. Otro dato no oficial apunta a 133 desparecidos.
Desde que se inició la guerra entre facciones del cártel de Sinaloa o Pacífico, los habitantes de Culiacán y los municipios de Elota, Guamúchil, Guasave y Los Mochis, entre los más afectados, tomaron la decisión de no salir de sus casas, no enviar a sus hijos a las escuelas y cerrar sus negocios o no trabajarlos; quienes son empleados, han optado por no asistir, que en nada cambia la situación porque los negocios están cerrados por las balaceras, las extorsiones, las amenazas, el robo de mercancías o en oficinas y la autoridad… como el escocés: tan campante.
Roya Moya ha sido señalado de tener nexos con Ismael Zambada y con Iván Archibaldo Guzmán, quien ha quedado al frente de “Los Chapitos” y de haber estado durante la reunión convocada por Héctor Cuén, exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, quien fue ejecutado el 25 de julio en el sitio de la “cumbre” para “arreglar” diferencias.
En Sinaloa, estado, y Culiacán, capital es pública la relación del mandatario con los criminales de ambos bandos. Su origen lo coloca como “amigo” de los criminales que tienen su centro de operaciones en Badiraguato, municipio al que asistió en 6 ocasiones el huésped temporal de Palacio Nacional, a quien le quedan 48 horas para abandonar el virreinal inmueble.
El gobernador siente tener el apoyo pleno del señor López y de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum quien en la, hasta ahora, última visita a Sinaloa, hizo el compromiso público que durante los tres años en los que gobernará “contará con el apoyo de la presidenta”.
Cobijado desde el poder federal, Rocha Moya ha sido incapaz de actuar para proteger la vida y los bienes de sus gobernados.
Y no es novedad que se hable de su relación personal con los criminales.
El periodista Salvador García Soto reveló en su columna Serpientes y Escaleras que publica en El Universal, que durante el tiempo en que Rocha Mota estaba en campaña lo entrevistó en la radio y aunque finalizó el diálogo, el candidato lo esperó para invitarlo a comer.
Y durante el recorrido de la estación radiofónica al restaurante, le confió que nadie puede gobernar Sinaloa sin el respaldo del cártel -en ese entonces ya dividido- lo que confirmaría su cercana relación tanto con los mayos como con los chapitos.
Después de 18 días de guerra entre criminales, el arribo de 2 mil elementos del ejército, guardia nacional y marinos, además de la policía estatal y la de investigación, en lugar de descender el nivel de las batallas, ha subido de manera exponencial.
Incluso, el general de división, comandante de la Tercera Región Militar, Francisco Jesús Leana Ojeda, expresó en conferencia de prensa que “no depende de nosotros, depende de los grupos antagónicos que dejen de hacer confrontación entre ellos y que estén dejando a la sociedad en paz”. El señor López afirmó que las palabras del militar fueron tergiversadas y los audios editados, lo cual es falso de toda falsedad.
La crisis de inseguridad en Sinaloa provocó el enfrentamiento verbal entre el gobierno de México y el representante diplomático de Estados Unidos, tema que no ha sido superado.
La violencia avanza y la seguridad se queda atrás.
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