Plan Nacional de Desarrollo 2024-2030

ULISES CORONA-

 

Gobierno que no planea sus acciones a corto mediano y largo plazo, tiende a improvisar; quien improvisa puede acertar, o puede ir al fracaso.

Despejados un poco de los nombramientos recientes, y aún en la sorpresa de que están quienes no se esperaba y no quienes lo aseguraban; esto porque la política también es de fortuita y aún enfrascados en el Plan C y la Reforma al Poder Judicial, la visión de largo plazo previo al inicio de sexenio, y que deberá de dar calma a los inversionistas y calificadoras económicas nacionales e internacionales, en el sentido de visión de gobierno, mantenimiento en todo momento del Estado Constitucional de Derecho, significa que también será un Gobierno de Planeación Democrática.

La afirmación deviene en que quien planea con clara definición de objetivos estratégicos y nacionales, tiene más factibilidades de obtener resultados y si desde ahora apostamos por un gobierno de resultados, estos deben estar contenidos en el Plan Nacional de Desarrollo que abarcará los próximos seis años, del presente 2024 al 2030.

El sistema nacional de planeación democrática sustentado en el Artículo 26 de la CPEUM, tiene clara la explicación de esta metodología (y desarrollada en la Ley derivada), siendo la idea de que, para el Desarrollo Nacional, deba de tener; “solidez, dinamismo, permanencia y equidad”, para dar estas valoraciones para el crecimiento de la economía, la democratización política, social y cultural de la nación.

Considero que independientemente de los subprogramas verticales, horizontales a aplicar en los sectores productivos y de espacio territorial, dos deben de ser los lineamientos fundamentales que deberán de estar en el documento final. 

  • Desarrollo social para el fortalecimiento del Estado de Derecho.
  • Crecimiento económico para el bienestar social.

Y explico: buena parte de los países que entornan a México, consideran que el desarrollo social es meramente paliativo y contemplativo de programas sociales y sólo eso; pues en la administración de la pobreza mantienen sus espacios de poder e influencia social, denotando que el crecimiento es medido y condicionado a niveles mínimos de control social y  mediana satisfacción de necesidades básicas de bienestar social, vivienda, vestido, trabajo, alimento y seguridad social dentro de las que incluyen salud, educación y seguridad pública, teniendo éxito mediano y cortoplacista.

Siendo que el desarrollo social cuando logra objetivos de pacificación social y satisfacción de la vida humana intergeneracional, para todos y todas, independientemente de edades y condición económica de la escala social, da legitimidad al gobierno de garantías en turno dentro de un Estado Constitucional de Derecho; por lo que se requiere de instituciones con capacidad resolutiva y funcional para lograr objetivos más completos y complejos, logrando con lo anterior, fortalecimiento de las instituciones y en consecuencia, legitimidad y capacidades de gobierno.

Por el otro lado, crecimiento económico para el bienestar social, tiene implícito una homogeneidad social, esa diferenciación y desigualdad social, que tanta lacera a la sociedad, creando divisionismos de clase y desunión sectorial. Y que sobre todo está bien señalada en el Artículo 25 de nuestra propia CPEUA, dando potestad rectoral al Estado mexicano para garantizar su integralidad y sustentabilidad.

Si el Estado es el rector del desarrollo nacional y tiene el fundamento legal para así serlo, los planes y programas derivados del plan rector, deberán de mantener este objetivo en la búsqueda de resultados, para esto se tiene la Administración Pública en todo su conjunto y la fuerza del Estado Nacional de lograrlo.

Independientemente de foros y discusiones de aclaración y argumentación de los temas de la vida cotidiana; la sociedad, medios, servidores públicos actuales y próximos deberemos de iniciar esta consulta, preguntándonos: Qué tenemos, y qué queremos para los próximos seis años de vida pública, no olvidemos que -si bien- están sentadas algunas buenas tareas para la continuidad del ejercicio de gobierno, estas deberán de tener claridad en el rumbo, definiciones en sus implementaciones, y corrección de acciones de sus protocolos a desempeñar, en esto está la visión y contenido del verdadero futuro de México.

*Académico Universitario

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