(Parte dos)
Lo Inmoral de la Ética
HORACIO ARMANDO HERNÁNDEZ OROZCO
En la entrega de la semana pasada, se analizaron tres temas: la inflexibilidad de los juzgadores en la obediencia a ley en cuanto a plazos perentorios, el principio de confidencialidad cliente-abogado y la crisis psicoemocional en los abogados y juzgadores.
Ahora, en la presente reseña, se ahonda sobre estos temas, pero con una óptica de la ética jurídica, siendo un poco más críticos para abordar el tema de qué es la justicia en el proceso penal.
LA INFLEXIBLE
OBEDIENCIA A LA LEY
El principio general del derecho conocido como Dura lex, sed lex, proviene del derecho romano, que puede traducirse como «la ley es dura, pero es ley»; hace alusión a que la aplicación de las leyes es obligatoria y que debe producirse contra todas las personas; se considera un principio fundamental en un Estado de derecho.
Sin embargo, esa inflexibilidad ante la dureza de la ley debe tener puntos de inflexión que permitan lograr en verdad una justicia, no de carácter formal, sino material.
En la cinta, el abogado Arthur Kirkland solicitó al Juez Henry T. Fleming admitir pruebas irrefutables que demuestran la inocencia de su cliente Jeff McCullaugh, quien es confundido con un asesino del mismo nombre y se le acusa de homicidio; los medios de prueba son desechados, ya que su ofrecimiento fue tres días después de vencido el plazo que se tenía para ello.
Nadie puede negar que el Juez Fleming ha actuado conforme a lo dispuesto por la norma procesal, pero ¿podría considerarse justa la sentencia condenatoria sobre Jeff McCullaugh? ¿En realidad se hizo justicia? ¿Qué tan ético es ser inflexible frente a una injusticia?
PRINCIPIO DE CONFIDENCIALIDAD
CLIENTE-ABOGADO
El principio de confidencialidad entre cliente y abogado es un derecho del acusado consistente en que su defensor no pueda ser obligado a declarar lo confesado por el cliente; pero también es una herramienta para el abogado, ya que la verdad le permitirá plantear una buena teoría del caso y lograr la mejor defensa técnica, pero si desconoce los hechos reales, es factible que no se logre hacer justicia.
Kirkland ahora defiende a Ralph Agee, quien es acusado de cometer un hurto menor, pero en realidad lo cometió otra persona, por lo que la defensa puede alegar que Ralph es sólo encubridor o a lo sumo, actuó como auxiliador, lo cual reduciría su pena.
Es claro, que cuando en la Corte el abogado defensor utiliza la verdad del hecho narrado por su cliente, no transgrede este principio ético, sino que lo utiliza para lograr el mejor de los éxitos en su defensa; el quiebre es cuando, la narración de veracidad de los hechos se usa en perjuicio del cliente.
Kirkland había defendido a un diverso cliente, quien le confesó sobre un modus operandi en otras actividades delictivas; Kirkland, no en el caso que defendía, sino en otra investigación alertó a la Fiscalía que su cliente era el responsable de esos otros delitos.
Habrá quien diga que la siguiente sentencia condenatoria contra esa persona es justa porque se condena al responsable de un delito, pero ¿en realidad se hace justicia contra esa persona cuando su anterior abogado reveló un hecho confesado bajo el principio de confidencialidad? ¿Será ético auxiliar a la Fiscalía rompiendo el principio de confidencialidad?
CRISIS PSICOEMOCIONAL EN
ABOGADOS DEFENSORES
Un viejo maestro le decía a sus jóvenes alumnos: “La carrera de derecho da para comer muy bien, el problema es que quita el hambre”.
Mucha sabiduría y certeza en esta frase, pero todo profesionista debe saber lidiar con los avatares que le presenta su profesión; aquél que no tenga un dominio de la inteligencia emocional terminará con una gran afectación psíquica.
Jay Porter, amigo y compañero de Kirkland, se siente culpable de obtener absoluciones para los acusados que son realmente culpables de crímenes violentos, pues su última sentencia absolutoria fue todo un éxito, pero ese cliente ha matado a dos menores después de ser puesto en libertad.
El abogado cumplió con su deber, pues defendió a alguien a quien se dio trato de inocente hasta que no se probara lo contrario, y muy factiblemente la Fiscalía no logró superar probatoriamente ese principio; pero ¿se hizo justicia al defender a alguien cuando se tiene plena convicción de su culpabilidad?, o ¿lo justo es no defender a ese tipo de acusados?
LA NOCIÓN DE JUSTICIA
El Juez Fleming pide a Kirkland que lo defienda de una acusación por agresión y violación de una joven; Kirkland acepta la defensa, pero tiene fotografías que involucran a Fleming en los hechos; bajo el principio de confidencialidad, Fleming admite libremente que es culpable de la violación y de agredir a la víctima.
Kirkland en su alegato de apertura señala que el objetivo del sistema legal es hacer justicia, lo cual implica descubrir la verdad; que la justicia pretende que el culpable sea condenado y el inocente quede libre, pero no es tan sencillo porque la defensa tiene el deber de proteger los derechos de su cliente, mientras que la Fiscalía debe sostener su acusación y defender las leyes del Estado.
El problema es que ambas partes quieren ganar, y a veces se quiere ganar sin importar la verdad, la justicia o quien es culpable o inocente, lo que importa es ganar a toda costa.
El acusado y la fiscalía tienen posturas encontradas, uno afirma no haber cometido el hecho mientras el otro aduce que sí lo hizo; si el cliente es inocente, entonces la víctima miente, pero ¿Qué la impulsa a mentir? ¿Será por chantaje o por celos?
Kirkland concluye que la víctima no tiene un móvil porque dice la verdad, ella no miente; su cliente es quien tiene que ir a la cárcel porque es culpable de la acusación, y si sale en libertad es porque no hay justicia.
Este filme ofrece una visión profunda de los desafíos éticos que enfrentan los defensores de la justicia; el dilema ético en el sistema legal, que cuestiona la brecha entre la teoría y la realidad de la administración de la justicia.
Cuatro décadas después de su estreno, la cinta invita a la reflexión sobre el estado actual de los sistemas legales globales y la lucha por la verdadera justicia en la sociedad.
El sistema de justicia está diseñado para servir al pueblo, pero ¿en realidad hay y habrá Justicia para Todos?
La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…
