SE COMENTA SOLO CON
CARLOS RAMOS PADILLA
Hasta hoy como van las cosas la contienda hacia la Presidencia y algunas gubernaturas se va cerrando. Las cifras se aprietan y marcan ya empate técnico aun cuando faltan semanas para el día de junio. Para algunos doctos en el tema esto es muy bueno y democrático, para mi humilde opinión no es benéfico y sí muy peligroso.
Ya hemos vivido la experiencia de “voto por voto, casilla por casilla” porque en toda su vida de candidato, salvo la presidencial, amlo gritaba “fraude” y se autoimponía cargos inexistentes como el de “presidente legítimo “organizando sus propias ceremonias, protocolos y ritos en pleno Zócalo, su patio de recreo.
Pienso que para legitimar y autentificar el valor electoral la diferencia debe ser por lo menos de 3 a 5 puntos. Incluso con esto se evita la tentación de pedir la “nulidad” o extender inconstitucionalmente el actual mandato del tabasqueño manipulando a sus incondicionales en el Tribunal Electoral, el poder Legislativo e incluso el Poder Judicial de la Federación.
Las cifras y cálculos holgados de amlo no le están cuadrando. Sus candidatos ya llegaron al techo y están bajando como en la presidencial, en la CDMX, Puebla, Morelos…y en Veracruz, Morena está en picada.
Lo grave y triste es que la mayoría vislumbra semanas cargadas de violencia y crimines. Pudimos observar el incidente de Sheinbaum en Motozintla, Chiapas, sin que ningún código legal se impusiera contra los encapuchados armados en un retén.
La guerra de encuestas no nos dice nada, es una feria de adivinanzas y apuestas sin sentido. Las acusaciones insistentes y persistentes entre candidatos quedan en verborrea ya que ninguno se atreve a denunciar penalmente.
Esta será una elección histórica, empezando por el género y continuando con las aparentes alianzas, extraños coqueteos entre partidos políticos totalmente adversos y que como el Verde en una elección apoyó al panista Fox, más tarde al priista Peña Nieto y ahora al morenista López Obrador. Pero sobreviven y continúan en el presupuesto federal porque les damos nuestro voto.
En esta ocasión las elecciones deben sorprender por dos eventos: vencer el abstencionismo y procurar un voto más razonado que visceral. Mucho, en verdad, está en juego sobre todo la consolidación de una nación que deje de aplaudir al crimen organizado y proteger a quienes han abusado de sus cargos públicos. Si es notoria la diferencia.
Estas elecciones no deben dejar duda de quienes triunfan y evitar a toda costa que el proceso se resuelva en tribunales.
