Desde Echeverría hasta Peña Nieto, México había tenido presidentes amables y respetuosos con la prensa… ¡qué triste que eso desapareció!!: Nidia Marín

-Las Guerreras del Periodismo-

Por Edmundo Cázarez C.

-Tercera parte-

Foto Adrián Ponce

A paso lento, con mucha delicadeza y escudriñando, uno a uno, los recuerdos que atesora celosamente en la fortaleza de su memoria, Nidia Marín, la destacada periodista de la “vieja guardia”, con enorme satisfacción, en esta tercera parte de la entrevista con MISIÓN POLÍTICA, manifiesta su orgullo haber sido la primera reportera de información general en un diario de circulación nacional. Y es que… A lo Mero Macho, con más de 60 años de ejercer ininterrumpidamente su cotidiano quehacer periodístico, Nidia se ha hecho merecedora a infinidad de reconocimientos, ganándose, además, el respeto, cariño y admiración que le prodigan a nivel nacional y allende nuestras fronteras, todos aquellos que tenemos el honor y la satisfacción de conocerle. Una mujer fuera de serie, a quien, y desde estas líneas le expreso de todo corazón: GRACIAS POR EXISTIR

Profundamente enamorada de la vida, así como de su incansable actividad periodística, para concluir el tema de lo ocurrido la noche del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, categórica me dice: “Quien dio la orden de asesinar estudiantes en Tlatelolco, fue Gustavo Diaz Ordaz y no Luis Echeverría, a este último, no le quedaba otra que obedecer las órdenes de quien era su jefe superior” Asimismo, me cuenta que una vez que Echeverría había tomado posesión como presidente de México, durante una conferencia de prensa, se atrevió a formularle la pregunta si era verdad que había sido colaborador de la CIA, con lo cual, provocó la ira del entonces presidente de la República.

Al consultarle si el periodismo estaba vetado para las mujeres, dijo: “Era un estúpido machismo! Nada más imagínate, cuando subíamos las escalerillas de los aviones… ¡maldita sea!!, los hombres “muy acomedidos” decían… ¡Las damas primero!!… ¡Hijos de toda su pelona!! Así era el México de un absurdo e inconcebible machismo acendrado en contra de las incipientes reporteras” Además, hace énfasis que, desde Luis Echeverría hasta Enrique Peña Nieto, México había tenido presidentes de la República amables y respetuosos con la prensa y no como sucede hoy en día desde Palacio Nacional”

Por último, al recapitular su extensa y brillante trayectoria dentro del periodismo mexicano, hace remembranza del exitoso grupo periodístico “20 Mujeres y un Hombre”, del que formó parte y señala: “Ojalá que las nuevas generaciones de mujeres periodistas lo retomaran, es una verdadera escuela que les enseña a crecer y madurar”

Entrevistar a una colega, como Nidia Marín… A lo Mero Macho, para mí, significa una verdadera cátedra de ese amor y entrega que merece esta bendita profesión.

Originalmente, había proyectado publicar esta entrevista en tres partes, pero al analizar la riqueza de todo lo que me ha compartido para usted, mi estimado lector de MISIÓN POLÍTICA, sería imperdonable dejar fuera interesantes anécdotas y valiosos datos que salieron de manera espontánea, de su ronco pecho, una gran mexicana y brillante periodista llamada Nidia Marín.

 

Así es que, lo invito para que, sentado frente a una deliciosa taza de café o una buena copa de vino, disfrute de esta amena charla.

– ¿Cómo viviste el sexenio de Luis Echeverría?

-Cuando Echeverría asesta el golpe a Excélsior, varios compañeros que habían quedado prácticamente en la calle fueron arropados por El Universal, tales como Fernando Meraz y Guillermo Ochoa, éste último, se hizo mucho muy famoso con su programa de televisión “Hoy Mismo”, que se transmitía de lunes a viernes, a las siete de la mañana por el Canal 2 de Televisa.

– ¿Cómo era Guillermo Ochoa en su trato fuera de cámaras?

-Totalmente hermético, como que andaba muy metido en su “rollo…”

-Oye, ¿Cómo nació el histórico grupo de mujeres periodistas “20 Mujeres y un hombre”?

-Pues déjame decirte que dicho grupo lo formó, nada más ni nada menos, que don Pancho Galindo Ochoa…

– ¿…Neta…?

– ¡Aunque usted no lo crea!!, pero quien lo encabezaba era la periodista ecuatoriana Hilda Pino de Sandoval, que era muy, pero muy amiga de Pancho Galindo…

– ¿Cómo era la relación entre ustedes?, dice el refrán que: ¡Mujeres juntas… ni difuntas!!

-Era una simple relación laboral, así es que, no podíamos estarnos agarrando del “chongo” Era participar en una entrevista… y a otra cosa mariposa… Nos llevábamos bastante bien. Fíjate que un día estábamos entrevistando a don Jesús Reyes Heroles, cada una de nosotras se encargaba de difundirla en el medio donde trabajaba, pero cuando voy y le entrego mi entrevista a Guillermo Ochoa para la sección de sociales de El Universal…

– ¿Qué cara puso Guillermo Ochoa con tu entrevista?

-La leyó de volada, se me queda viendo y me dice: “Nidia, esto… ¿en dónde los vas a publicar?, le respondo de inmediato… “En la sección de sociales, señor Ochoa”, recuerde que pertenezco a sociales… Guillermo Ochoa puso una cara de muy poco amigos y me grita… ¿Queeeé?… ¡Estás loca!!, esta entrevista se va para la primera plana…

– ¿Qué sentiste?

-Al día siguiente, a las siete de la mañana, la veo publicada en primera plana… ¡me había llevado la de ocho!!

-Ya vez, empezaban a reconocer tu entrega y profesionalismo…

– ¡En efecto!!, con ello y sin proponérmelo, estaba diciendo adiós a mi querida sección de sociales. Yolanda Cabello, quien era mi jefa en sociales… ¡uff!!, se enojó muchísimo conmigo y hasta terminó odiándome.

– ¿Pero, por qué su enojo?

-Pues porque Guillermo Ochoa había hablado directamente con don Juan Francisco Ealy Ortiz, para que autorizara mi cambio para información general y con un sueldo muchísimo mejor al que tenia en sociales. Así fue mi debut como la primera mujer reportera en información general de un diario de circulación nacional… El Universal, gracias a la entrevista con don Jesús reyes Heroles

– ¿Cómo era tu trato con don Jesús Reyes Heroles?

– ¡Era un tipazo!!, creo que me quería mucho el viejo, muy respetuoso y amable conmigo. Me acuerdo que me decía: “Nidia, por favor, no quiero que caiga haciendo un “sub periodismo” ja, ja, ja…

– ¿Era ocurrente el señor?

-Me regañaba como si fuera su hija o nieta, no sé qué pensaba ja, ja, ja.

– ¿Y cómo te recibieron tus compañeros de información general en El Universal?

-Muy bien, aunque déjame decirte que, debido a la primera “fuente” que me asignaron, fue “cubrir” Presidencia de la República, eso, me generó un sinfín de envidias y odios entre los mismos compañeros…

-Esos compañeros tenían nombre y apellido…

-Pues sí, pero ni siquiera vale la pena nombrarlos…

– ¡No le saques!!     

-No le saco, pero no te voy a decir quién… Solamente quiero que te imagines lo que sintió el reportero de información general que habían mandado a cubrir todo lo del 68, y una mujer de El Gráfico, le había ganado toda la información al respecto…

-Bueno, si no me quieres decirme, recuerdo que habías citado a Jorge Avilés Randolph, el reportero de El Universal que había llegado después de la balacera en Tlatelolco…

– ¡Edmundo!!, eres muy inteligente y estas “a las vivas” con la charla. En efecto, a Jorge Avilés lo acorralaron y llevaron a Bucareli para después trasladarlo a Tlatelolco para que hiciera su “nota”, cuando yo, ya había enviado santo y seña de todo…

-Pero tú, no tenías la culpa…

-Pues sí, pero se sintió “desplazado” por mí

-La importancia de estar en el momento adecuado y en el lugar indicado… ¡así de fácil!!

– ¡Ay Mundo!!, te las sabes de todas a todas…

-No es para tanto, simplemente, creo que más sabe un madurito sabroso, que un escuincle baboso…

-Ja, ja, ja, ésa no me la sabía, ja, ja, ja. Mira lo que es la vida, Jorge, hace poco tiempo que falleció (QEPD), hizo tanto coraje, que a todos les decía lo mucho que me odiaba porque lo había desplazado en El Universal.

– ¿Para cerrar lo sucedido en Tlatelolco, a lo mero macho, el culpable fue Luis Echeverría?

-Fíjate que no. Recuerda que Vicente Fox lo quiso meter a la cárcel por genocida, pero la orden salió de Los Pinos. Había sido una orden directa que le dio el presidente Diaz Ordaz al general Marcelino García Barragán, en su calidad de jefe Supremo de las Fuerzas Armadas.

-A lo mero macho, ¿Echeverría no fue el asesino?

-No, no y no. Todo lo orquestó y lo ejecutó el general García Barragán… A Echeverría no le quedaba otra que obedecer las órdenes de su entonces jefe…

-Dice el refrán: “Tanto peca el que mata a vaca, como quien le estira la pata…”

– ¡Puff!!, son decisiones que se toman a un muy alto nivel. Te repito, a final de cuentas, fue una confrontación entre las mismas fuerzas del ejército. ¡Los soldados no habían salido a matar estudiantes!! El mismo Alfonso Martínez Domínguez lo dijo una y otra vez, que la orden de disparar a los muchachos en el 68, la había dado Diaz Ordaz y no Echeverría.

-Bueno, ¿Cómo fue tu trato con Luis Echeverria, ya como presidente?

-Recibí un trato tan especial de su parte. Cuando el grupo “20 Mujeres y un Hombre”, lo entrevistamos en Los Pinos, me acuerdo perfectamente de una pregunta que le taladró el hígado…

– ¿Qué fue lo que le preguntaste para que se enojara?

-Solamente, le transmití lo que me había expresado un agente de la CIA, asegurando que Luis Echeverria había sido colaborador de la CIA

– ¿Cuál fue su reacción?

-Me veía con ojos de odio, pero nunca, lo que se llama nunca, fue irrespetuoso conmigo, al contrario, me trataba como si fuera una reina con mil y una atenciones hacia mi persona. Pero también, doña María Esther Zuno de Echeverría…. ¡Ay, que señora!! Era un amor, educada, cariñosa y me colmaba de atenciones también.

– ¿Por qué nunca se supieron escándalos de Luis Echeverría?, dicen que era tremendo con las mujeres…

-Pues déjame contarte que, ya fallecida doña María Esther, don Luis, quizás, para tratar de mitigar su soledad, tenía una “noviecita” en secreto…

– ¿Quién era?

-Una amiga que había sido mi compañera en Excélsior y prefiero omitir su nombre. Constantemente, mi amiga iba a la casa de don Luis, allá en la calle de Magnolia, en San Jerónimo Lídice.

– ¿Qué te contaba de don Luis?

-Una vez, estaba en una funeraria y acababa de fallecer un gran amigo, en ese preciso momento, suena mi celular… ¡era ella!!, toda emocionada, me decía que quería verme para contarme una sorpresota que le había dado don Luis, y que también, me mandaba muchos saludos

– ¿Por qué que fue tan exitoso el grupo de periodistas “20 Mujeres y un Hombre”?

-Porque lo hacíamos con total entrega, con pasión y con mucho… ¡pero muuucho amor!! Fíjate que pudimos entrevistar a grandes personalidades, no solo de México sino de todo el mundo, tales como Salvador Allende, Fidel Castro, Margaret Thatcher y muchos más…

– ¿Y en México, eran las consentidas del presidente en turno?

-No es que hayamos sido las consentidas de los presidentes en turno, como lo dices, sino que, cada uno tuvo a bien atendernos y brindarnos las entrevistas que les solicitábamos. Después de Echeverría, pudimos conversar con José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, y el último con quien estuvimos, fue con Ernesto Zedillo Ponce de León.

-Recuerdo que fue con Zedillo, cuando te otorgaron un merecidísimo Premio Nacional de Periodismo…

-Así fue, en el 2000, su último año de gobierno, me entregaron el Premio Nacional de Periodismo en el género de Crónica. Edmundo, no entiendo cómo es que no te han otorgado un Premio Nacional de Periodismo, tus entrevistas son sensacionales, sobre todo, la de María Félix “La Doña”, sin equivocarme, creo que fue la última entrevista que concedió en vida… ¡y te la dio a ti!!

-Ja, ja, ja, mira que tú, no cantas mal las rancheras… La entrevista que le hice a María Félix, fue cuestión de mucha perseverancia…

– ¡Ay Edmundo!!, te admiro, de verdad. Pudiste lograr una exquisita entrevista con “La Doña…” ¡jamás pude entrevistarla!! -De improviso, se levanta de su silla, me toma del brazo y me dice… “Querido Mundo, ven conmigo a mi “egoteca”, quiero presumirte muchas cosas…-

-Estando ya en su pequeña biblioteca, en la pared principal, destacan varias portadas del diario Excélsior enmarcadas en tamaño gigante, resaltando las ocho columnas del diario con sus reportajes y entrevistas. Asimismo, un sinfín de fotografías con varios expresidentes y grandes personalidades como Henry Kissinger, Carlos Pellicer, la Reina Isabel de Inglaterra, el Rey Juan Carlos de España, en fin… toda una vida en el periodismo-

– ¿Por qué demonios no escribes un libro con todas estas historias vividas en el periodismo?

-Déjame contarte que cuando Henry Kissinger vino a México, me tocó cubrir su visita a Chichen Itzá, los agentes del FBI que lo custodiaban, tuvieron que cargarme -literalmente-, para poder estar a su altura…. Ja, ja, ja. Mis “patitas” estaban volando en el aíre. En eso, Kissinger les dijo que me bajaran… ¡y volví a respirar dueña de mis misma!!

-Digamos que te depositaron en el suelo de nuevo…

– ¡Ándale!!, eso, eso…. Volví a tocar tierra

 -Oye Nidia, ¿te hacen falta paredes para colgar tantos recuerdos?

-Digamos que una casa más grande para poner “El Salón de los Recuerdos”

-Después del enorme éxito que tuvo el grupo “20 Mujeres y un Hombre” ¿La vida se acababa para ti?

– ¡Vaya pregunta!! No mi querido sicólogo encubierto… Un periodista no tiene caducidad…

-Bueno, mejor dime… ¿Existe la envidia entre mujeres periodistas?, porque… ¡Mujeres juntas, ni difuntas!!

-Mira, en los tiempos de Luis Echeverria y José López Portillo, las únicas mujeres periodistas consentidas de esas dos administraciones eran Isabel Zamorano e Isabel Arvide, las famosas “Chavelas”

– ¿Por qué había un mejor trato y entendimiento entre la prensa y el poder presidencial, y no como ahora, que desde Palacio Nacional atacan ferozmente a los periodistas?

-Desde Echeverría y hasta Enrique Peña Nieto, México había tenido presidentes de la República totalmente amables, educados, cultos y respetuosos con la prensa, pero eso, desgraciadamente, se perdió con lo que sucede hoy, desde Palacio nacional…

– ¿Por qué…?

-Mira mi querido Mundo, Luis Echeverría tuvo el tino de tener un excelente vocero, Mauro Jiménez Lazcano, quien supo ser un gran amigo de los periodistas

– ¿A lo Mero Macho, era un delito que les dieran el famoso “chayo” a los reporteros?

-No era ningún delito, yo lo veía como un apoyo que se daba desde el gobierno federal, era tratar de “ayudar o equilibrar” la raquítica situación económica de los reporteros, quienes siguen recibiendo sueldos miserables en los periódicos y revistas. A los reporteros les entregaban publicidad oficial, y de ahí, les correspondía un porcentaje.

-Con el respeto que mereces y el cariño que te tengo… ¿Cuántas veces te lo dieron?

-No te preocupes, sé que eres todo un caballero… En mi caso, no me tocó cubrir la fuente de presidencia con Echeverría, sino que, simplemente, cubría las actividades de la señora María Esther Zuno, por cierto, durante esa época, nos tenían estrictamente prohibido usar pantalones de mezclilla, eran puras minifaldas…

– ¿Para “dicha” de los señores?

– ¡Era un estúpido machismo! Nada más imagínate, cuando subíamos las escalerillas de los aviones… ¡maldita sea!!, los hombres “muy acomedidos” decían… ¡Las damas primero!!… ¡Hijos de toda su pelona!! Así era el México del absurdo e inconcebible y un machismo acendrado.

– ¿Y con López Portillo cómo te fue?

-Tuve problemas mucho muy serios con su jefe de prensa, don Fernando M. Garza, quien había sido el primer director que conocí cuando llegué a El Universal…

– ¿Te hizo la vida de “cuadritos” en el Universal?

-Fíjate que no le di ese gusto…

– ¿Por qué?

-Pues… Mmm… Primero, yo estaba en calidad de “aprendiz”, una tonta política laboral que había impuesto don Fidel Velázquez.

– ¿Y luego…?

-…Bueno, pues cuando cumplí con mi etapa de “aprendiz”, me dieron una “suplencia…”

– ¿Y la planta?

-La dichosa planta venia hasta que se le antojaba al director otorgártela y hasta cuando consideraba que te habías hecho merecedora de la misma…

-Ya cuéntame tus experiencias con López Portillo como presidente…

-Después que pasé todo mi proceso de aprendiz y suplencias en El Universal, por fin, me asignan la fuente de presidencia como titular, peeero….

-…No me digas que tuviste más problemas con López Portillo…

-No, no era eso…

– ¿…Entonces…?

-Sino que, siempre, tuve la suerte de poder acercármele a López Portillo, le sacaba la entrevista que le pedía y sin la intervención de su vocero, inclusive, el reportero de Prensa Latina, siempre lo traía muy pegado a mí, sabía que lograba hablar directamente con López Portillo…

– ¿Fernando Garza te odiaba por eso…?

-Pero con odio jarocho… ¡no sabes!! Para mí, él, era un cero a la izquierda, era déspota y altanero. Así es que les ganaba las notas de ocho a grandes periodistas como Zabludovsky y Guillermo Ochoa, entre otros más…

– ¿De que la perra es brava, hasta los de casa muerde?

-Otra que me odiaba, era Rosalba Galicia, pero no me importaba, total, yo cumplía con mi trabajo en El Universal…

-Zapatero a tus zapatos…

-Total, en el periódico me dan mis vacaciones y decido irme a Ciudad Hidalgo con mi familia, estando allá con mi mamá, recibo una llamada de Isabel Zamorano, me dice que me acababan de rescindir mi contrato en El Universal, toda espantada por la noticia le dije… ¿Queeeé?

– ¿Y qué hiciste?

-Me regresé echa la raya, directita desde Ciudad Hidalgo hasta el periódico. ¡Ah!!, pero ya había quedado de verme previamente con ella y con mi gran amigo Roberto Vizcaíno, en el bar del aquel famoso restaurante “Amasador”, ahí estábamos los tres platicando.

– ¿Por qué te habían despedido de El Universal?

-Es lo mismo que me preguntaba Roberto Vizcaino, yo le decía que no tenia ni la remota idea… ¡yo estaba de vacaciones en mi tierra…!!

– ¿Los tiempos de Dios son perfectos?

-Fíjate que sí, resulta que estábamos a punto de pedir de comer, y dos mesas más adelante que la de nosotros, estaba sentado Regino Diaz Redondo, comiendo con los directores de La Extra y Ultimas Noticias. Isabel Zamorano trabajaba para Excélsior, don Regino volteó a ver a Isabel y le pide que fuera a su mesa y le pregunta ¿con quién estaba sentada?, Isabel le respondió que con Roberto Vizcaíno y con Nidia Marín, la última víctima de Fernando M Garza. Regino Diaz Redondo se levanta de su mesa, como todo buen caballero me saluda y me dice: “Nidia, vaya y arregle su salida de El Universal, porque a partir de este momento, ya tiene trabajo en Excélsior”

– ¿Neta?

-Con la voz entrecortada y con los ojos llenos de lágrimas me dice: “Mundo querido, no tengo porque mentir… ¡Así fue!!… -Me pide unos segundos en lo que logra reponerse, bebe un poco de agua, suspira profundamente y añade: “Fue algo muy tremendo para mí”

– ¿Y qué hiciste?

-Demandé al periódico y les gané el pleito… ¡Yo no había hecho absolutamente nada para que me corrieran!! Fui con un prestigiado jurista de la UNAM y les ganamos la demanda…

– ¿Es verdad que tuviste serios problemas con Rosa Luz Alegría?

-A Rosa Luz, le hice varias entrevistas. Además, era la flamante secretaria de Turismo Federal y la “protegida” de López Portillo…

– ¿Por qué no te “tragaba Rosa Luz Alegría?

-Porque siempre, en mis entrevistas, era mucho muy incisiva e irreverente con mis preguntas…

– ¿Legó a pensar que le ibas a darle “baje” con el presidente?

-Ja, ja, ja… ¿Meterme yo con López Portillo?… ¡Guuácala!!

– ¿Cómo te fue en Excélsior?

-Pues no muy bien que digamos, porque cuando llegué, había un tipo llamado Alejandro Íñigo, a quien le había ganado muchas noticias de primera en presidencia de la República. Un tipo frustrado y rencoroso.

– ¿Qué cargo tenía Íñigo cuando llegaste a Excélsior?

– ¡Puff!!, era el jefe de Información… ¿y qué crees que hizo?…

-Cuéntame, ya no la hagas de emoción…

-Resulta que en Excélsior ya había tres mujeres, pero a la primera que le pusieron quedarse de guardia nocturna… ¡fue a mí!!, además, cobardemente, me puso el apodo de “la caballona” Así fue como me recibió este tipejo.

– ¿Por qué te odiaba tanto?

-Porque había sido tan mediocre que le gané muchas notas de primera cuando estuve cubriendo presidencia para El Universal, algo que jamás pudo digerir ni aceptar.

– ¿Con Carlos Salinas de Gortari en presidencia, las cosas mejoraron para ti?

-Gracias a Dios sí, por cierto, me asignaron el área de corresponsales extranjeros, y eso, me ayudó muchísimo porque andaba de aquí para allá.

-De esos viajes internacionales, en Excélsior, ¿cuál fue el que más impacto te causó?

– ¡Nicaragua!!, estuve conviviendo con los sandinistas junto con el fabuloso Pepe Carreño Carlone. Por cierto, me impactó cuando vi al actual tirano de Nicaragua, bailando muy de “cachetito” con uno de los sandinistas…. ¡Cada quien sus mañas!!

– ¿Te refieres a Daniel Ortega?

-Este animal que está destruyendo Nicaragua… ¡qué bárbaro!!

– ¿Y luego de Nicaragua?

-Don Regino, me mandó a Europa para que cubriera la reunión de los siete grandes países y me tocó estar junto a Margaret Thatcher y todos esos grandes ministros. Una experiencia sencillamente inolvidable e irrepetible.

– ¿Qué fuentes te asignó Regino Diaz Redondo?

-En donde no había nada de notas…

– ¡Ay, caray!!, a ver, explícamelo más despacito…

-Sí, todos los partidos políticos de oposición, es decir, el Partido Comunista de México, por cierto, tuve la suerte de conocer a un tipazo llamado Arnoldo Martínez Verdugo, a quien respeté mucho por su integridad y educación.

– ¿Qué tenía de especial Martínez Verdugo?

-Lo especial, como lo defines, lo haces tú mismo, es decir, ¡sacas nota hasta por debajo de las piedras!! Exactamente como haces las brillantes entrevistas que realizas. Mira mi querido Edmundo… ¡me tienes fascinada!!, llevamos casi tres horas platicando y ni siquiera nos hemos parado ni para ir hacer “pipí”

– ¿Vas a comenzar con tu duelo de halagos? Mejor cuéntame más de tu experiencia en los partidos políticos que eran considerados como “chiquitos”

– ¡Aja…!! ¡eso es!! Con razón lograste entrevistar en exclusiva a “La Doña…”

– ¿Insistes con lo mismo…? ¡Una más y aquí se acaba la entrevista…!!

-Bueno, está bien. Te decía, me dediqué a “urgar” todo lo que podía en los partidos que integraban la “chiquillería” Creo, que eso fue lo que me ayudó muchísimo, sacaba notas de primera plana sobre ellos, cuando en otros diarios estaba estrictamente prohibido. Así como lo sigo haciendo hasta la fecha.

– ¿Tienes temor criticar la administración de López Obrador?

– ¡Fíjate que no!! No tengo el mínimo temor de criticar a este señor que se encuentra aplastado en la silla del águila, como lo decía el inolvidable Carlos Fuentes…

– ¿Qué calificación te merece el líder de la 4T?

– ¡Ha sido un pésimo gobernante!!

– ¿Un auténtico gobernante de la llamada “izquierda” mexicana?

– ¡Esa es una farsa!! Mira mi querido Mundo, me tocó cubrir a los verdaderos pilares de la izquierda que han existido en nuestro país y lo viví en carne propia, inclusive, don Regino me comisionó para viajar con la guerrilla salvadoreña.

– ¿Cuéntame cómo estuvo ese intento de atentado que sufriste en la ONU?

– ¡Vaya!!, que bien documentado estás sobre mi trayectoria. Efectivamente, estando en la ONU, en Nueva York, llegaron hasta allá, unos miembros de la guerrilla salvadoreña y me dejaron unos documentos, gracias a elementos de la CIA y del FBI que lograron interceptar esos documentos “bomba”, los desaparecieron a tiempo

– ¡Vaya susto!!

-Pues ni tanto eh, cuando estas en esto, sabes perfectamente a lo que te expones. Eran mis fuentes las guerrillas. Asimismo, también estuve un buen tiempo con la guerrilla guatemalteca, quienes me tuvieron sometida boca abajo dentro de un carro y sin saber a dónde me llevaban. Después de siete horas de no saber qué iba a sucederme, llegamos a un departamento, así les llaman a sus estados, estaba todo lleno de armas…

– ¿Estabas aterrorizada?

-Dios es muy grande conmigo. No sé de dónde saqué fuerzas, lo único que hice, fue ponerme a entrevistarlos. De regreso a México, me volvieron hacer lo mismo, con los ojos vendados y me abandonaron en un paraje en Tapachula, Chiapas…

-Qué valiente eres…

– ¡Para eso te alquilas!!, mi querido amigo. Pero fíjate que cuando reaccioné, me di cuenta que estaba la Feria de Tapachula y como en Excélsior no me hicieron ninguna reservación en un hotel, no me quedó de otra que irme con todo y mi maleta hasta un pequeño restaurantito. Ahí estaba meditando y sin saber qué hacer, de pronto, escucho una voz aguardientosa que me dijo: ¿Qué le pasa? Solamente le respondí que era periodista y acababa de regresar desde Guatemala de hacer unas entrevistas y no tenía a dónde irme.

-¿Quién era ese señor?

-Ignacio López Tarso…

-¿De verdad?

-Era el mismísimo Ignacio López Tarso en persona… ¡era un viejo primoroso!! -Que en Paz Descanse- No lo seguí con la vista, solamente me percaté que se había levantado de la misma mesa donde estaba totalmente furiosa con Excélsior.

-¿Y luego?

-Llega el mesero y me dice: “Seño, ya tiene cuarto” Totalmente incrédula, le pregunto casi gritando ¿Qué carajos me dijiste? Con la cara de espanto, el mesero me dice casi llorando… “El poeta que se acaba de ir acompañando al señor López Tarso, me hizo saber que la reservación que tenían para otra persona se la diéramos a usted, inclusive, la cuenta estaba pagada.

-Continuará-

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