En una reciente declaración, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha manifestado su preferencia por posponer la revisión de las reformas laborales hasta después del actual período electoral, argumentando que las propuestas actuales podrían estar políticamente motivadas.
Esta postura surge en un contexto donde se están discutiendo significativas iniciativas laborales en el Senado de la República, tales como el incremento al doble del aguinaldo para trabajadores del sector privado, la extensión de la licencia de paternidad a 20 días y la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales.
“Vamos a esperar a ver qué dice la gente… ya que pase (sin consulta popular), porque es que abundan los ofrecimientos demagógicos”, expresó López Obrador, aludiendo a la necesidad de una evaluación pública post-electoral para estas reformas.
Esta declaración se enmarca en un período de intensa actividad legislativa, donde diversas propuestas buscan transformar el panorama laboral en México. Sin embargo, el presidente sugiere una pausa, planteando que el momento actual no es el más oportuno para implementar cambios de esta magnitud.
En este sentido, la reunión sostenida el pasado lunes, 11 de marzo, entre el primer mandatario y Napoleón Gómez Urrutia en el Palacio Nacional, no tuvo relación con las discusiones laborales en curso, según lo indicado por López Obrador.
En cambio, este encuentro se centró en abordar y agradecer el apoyo político tras los conflictos que Gómez Urrutia enfrentó con administraciones previas, bajo los gobiernos de Felipe Calderón Hinojosa y Vicente Fox, que resultaron en su expulsión del país.
El presidente también señaló que Gómez Urrutia, ahora en su rol de senador, tiene pleno derecho de promover cambios laborales si así lo considera pertinente.
“En caso de que este último esté promoviendo estos cambios laborales, está en su derecho de hacerlo, pues los senadores y diputados del país son libres de presentar iniciativas y autorizarlas, pues esa es la función principal de los legisladores del Congreso de la Unión”, agregó.
Un debate de 40 horas
La propuesta de reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales en México responde a varios objetivos clave orientados a mejorar la calidad de vida de los trabajadores y aumentar la productividad laboral.
Entre los motivos principales para esta reducción se encuentran, que a lo largo de las últimas décadas, diversos estudios e investigaciones han evidenciado que jornadas laborales excesivamente largas pueden tener efectos contraproducentes, tales como el aumento del estrés laboral, disminución en la satisfacción laboral, riesgos para la salud física y mental, y una marcada disminución en la calidad de vida.
- Bienestar de los trabajadores
Disminuir la jornada laboral busca ofrecer a los empleados más tiempo para el descanso, la recreación y la convivencia familiar, lo cual es fundamental para mejorar su calidad de vida y bienestar general.
- Aumento de la productividad
Diversos estudios han demostrado que jornadas laborales más cortas pueden resultar en un aumento de la productividad. Trabajadores descansados y motivados tienden a ser más eficientes y cometer menos errores.
- Adaptación a nuevas realidades
La pandemia de COVID-19 aceleró cambios en el ámbito laboral, demostrando que es posible mantener e incluso aumentar la productividad bajo esquemas de trabajo más flexibles, incluyendo jornadas laborales reducidas y teletrabajo.
- Equidad laboral
La reducción de la jornada laboral también es vista como un paso hacia la equidad de género, ya que permite una distribución más equitativa de las tareas domésticas y el cuidado de dependientes, actividades que históricamente han recaído en mayor medida sobre las mujeres.
- Alineación con estándares internacionales
Varios países han adoptado jornadas laborales de 40 horas o menos, mostrando resultados positivos en términos de bienestar laboral y productividad. La reducción de la jornada laboral en México también busca alinear al país con estos estándares internacionales.(Agencias)
