A la Vuelta de la Esquina
IVÁN RUIZ FLORES
Poco cerebro para el bien, exceso de fanfarronería, y mucha ira en contra de los que se rebelan a ser lacayos.
Esta sería la síntesis de estos seis años de gobierno de sistemáticos ataques contra los mexicanos.
¿Y habrá que apechugar con un sexenio más?
Dicen los estudiosos del tema que la política “marca significativamente la realidad psíquica de quienes sufren colectiva e individualmente las lesiones emocionales que son legado de la perversidad de gobiernos dictatoriales o seudodemocráticos y de la instalación de una violencia generalizada”.
Agregan:
“El poder y la política mal concebidos y aplicados pueden conducir a una sociedad a extremos nunca imaginados de deterioro en todos los planos de la vida y originar un alto grado de sufrimiento para la mayoría de los ciudadanos. La política debería ser, por el contrario, un mundo de valores y tradiciones compartidas al servicio del bien común, sin violencia y con exigencias éticas para los líderes, los cuales deberían estar profundamente comprometidos con el destino de la colectividad. Se deben construir ideologías, pero nunca de falsa conciencia. La ética debe ser un componente fundamental en el desempeño político y en el ejercicio del poder”.
Y además…
“Hay quienes circunscriben la corrupción al sector público y en beneficio privado (nepotismo), lo cual es, por cierto, erróneo. El sentido más usual del término está vinculado al pago de dinero a un funcionario para que éste actúe contraviniendo el espíritu o la letra de la ley. La fuente esencial de estas conductas, como lamentable “valor” primordial de la existencia parece ser (o mejor, es) el dinero.”
Ni como discutirle a Saúl Peña K., autor del excelente trabajo “Reflexiones sobre la corrupción: patología mental, social, política y ética” publicado por la Revista Neuro -Psiquiatría, de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, de Lima, Perú, porque esto que escribió en 2013 casi es una calca de lo que ha ocurrido en México entre 2018 y 2024.
Aunque no lo sea, pareciera la premonición de la síntesis de los nefastos seis años de gobierno a punto de cumplirse en nuestro país.
¿CUÁL SERÁ LA DECISION DE LOS
MEXICANOS ANTE LAS URNAS?
Otro sexenio que se va. Hay hartazgo, pero ¿se habrá registrado suficiente incredulidad entre los mexicanos para evitar cometer el mismo error de irse con la finta y las promesas a la hora de tomar una decisión frente a las urnas?
Porque ante la corrupción que hoy galopa en caballo de carreras, entre políticos y parientes, que no es como la de ayer y anteayer, sino peor, uno se aterra al pensar que continúe y las promesas sólo se queden en eso.
En el trabajo de Peña K. uno también conoce todas las gamas de corrupción existente.
Se apunta, por ejemplo:
“La otra instancia es aquella en la que la persona no solamente se corrompe, sino que asume y encubre la corrupción en sí misma, tratando de corromper a otros (estructura corrupta), contribuyendo a una suerte de “pandemia” de la humanidad. Quien corrompe pone en peligro la cultura, la ética y la integridad de su entorno social. En la sociedad corrupta lo material se impone a lo espiritual, lo económico se sobredimensiona en una filosofía nociva que considera al dinero, las influencias, las coimas y la política de que “los fines justifican los medios” como los valores primordiales de la vida. Los corruptos, se den cuenta o no, viven en una pobreza ética, afectiva y emocional, apropiándose de todo lo posible, incluyendo personas”.
Sólo hay que revisar estos últimos años…
El autor también expone algo que pareciera calcado del gobierno en nuestro país:
“La causa de los conflictos psicopatológicos de grupo radica en hostilidad, prejuicios e imágenes estereotipadas como el fanatismo y el fundamentalismo. La interacción entre los factores psicológicos y sociales genera problemas económicos y políticos entre grupos que pueden ser clasificados como explotadores, competitivos, fusionados, etcétera. La política marca significativamente la realidad psíquica de quienes sufren colectiva e individualmente las lesiones emocionales que son legado de la perversidad de gobiernos dictatoriales o seudodemocráticos y de la instalación de una violencia generalizada.
Y también:
“El poder y la política mal concebidos y aplicados pueden conducir a una sociedad a extremos nunca imaginados de deterioro en todos los planos de la vida y originar un alto grado de sufrimiento para la mayoría de los ciudadanos.
“La política debería ser, por el contrario, un mundo de valores y tradiciones compartidas al servicio del bien común, sin violencia y con exigencias éticas para los líderes, los cuales deberían estar profundamente comprometidos con el destino de la colectividad”.
Además, es innegable que…
“La ética debe ser un componente fundamental en el desempeño político y en el ejercicio del poder. Hay quienes circunscriben la corrupción al sector público y en beneficio privado (nepotismo), lo cual es, por cierto, erróneo. El sentido más usual del término está vinculado al pago de dinero a un funcionario para que éste actúe contraviniendo el espíritu o la letra de la ley. La fuente esencial de estas conductas, como lamentable “valor” primordial de la existencia parece ser (o mejor, es) el dinero”
Por ello, por todas las barbaridades que hemos vivido los mexicanos en este sexenio, que afortunadamente está por cerrar, se ha registrado un aumento de la incredulidad hacia los gobernantes… El responsable es fundamentalmente al que está sentado en la silla…
Pero llegará seguramente una mujer. Valdría la pena que, previamente, estuviera enterada del hartazgo que vivimos los mexicanos en varias materias: economía, seguridad y lo demás.
Ojalá preste atención a que… “la psicopatología política y social es mucho más severa y trascendente que la individual. Lo anímico no coincide siempre con lo que es consciente. Una cosa es lo que sucede en el alma y otra es tener conocimiento de ello…”
