Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
La renuncia de Ron DeSantis a convertirse en candidato del Partido Republicano deja libre el camino para Donald Trump, por lo menos de ser el candidato en las elecciones de noviembre próximo.
Contra lo que se ha afirmado en torno a la amplia ventaja del expresidente sobre el actual inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, el influyente The Washington Post publicó que las encuestas muestran al expresidente Donald Trump en un empate o por delante del actual mandatario de Estados Unidos, en cinco de los seis los estados donde se espera que se decida la contienda por el poder ejecutivo federal.
Al mismo tiempo, se analiza que Biden también está luchando contra los electores tradicionales de su partido. Los votantes afroamericanos han perdido la confianza en el presidente debido a la economía y los hispanos están frustrados por su incapacidad para abordar la crisis fronteriza, mientras que los jóvenes liberales están enfadados por su apoyo a Israel en su guerra contra Palestina.
El Centro Roper para la Investigación de la Opinión Pública, de la Universidad de Cornell, examinó datos precisos y señala que el presidente de EU cuenta ahora con el apoyo de solo el 63% de los votantes afrodescendientes, una fuerte caída desde el 87% que obtuvo en 2020.
Entre los hispanos, Trump está solo cinco puntos por debajo en comparación con el respaldo que recibió de esa comunidad en 2020.
¿Qué tanto influirá la elección en México en las de Estados Unidos?
De acuerdo con analistas de Washington podrían ser importante los problemas migratorios y el expansionismo del crimen organizado que a los votantes estadounidenses les preocupan.
Basan sus conclusiones en puntos claros: 1.- de ganar Trump habría acciones de dureza en contra de México por no “haber hecho lo suficiente” para frenar la ola de migrantes y, por permitir que el crimen organizado esté controlando gran parte del territorio.
Se afirma que Biden tiene mucho discurso y escasos resultados en ambos temas.
Los miles de migrantes provenientes principalmente de Centroamérica y acompañados por altas cantidades de sudamericanos y caribeños y necesariamente deben cruzar por México para llegar a la frontera norte, ya sea a Tijuana, Ciudad Juárez, Reynosa o Nuevo Laredo.
Hasta ahora el “muro humano de contención” ordenado, porque eso fue, por Trump al gobierno de Andrés Manuel López se ha relajado y las caravanas de migrantes cruzan no sin padecer de actos de represión por parte de la Guardia Nacional o ser secuestrados por grupos criminales. De ello poco o nada informan las autoridades mexicanas. Se sabe, por las reuniones de alto nivel celebradas en México el 27 de diciembre y en Washington el 19 de enero, que hay “acuerdos” para paliar, no resolver, el problema migratorio.
Para Trump es la oportunidad de tener como “anillo al dedo” la mira sobre México. ¿Qué candidato conviene mexicano conviene más a Estados Unidos que gane?
Revisar el mandato del republicano y su trato hacia México y de ganar la reelección endurecería más sus acciones y buscaría, porque incluso lo anuncia públicamente, intervenir con fuerzas militares en territorio nacional para combatir a los criminales.
Es seguro que de aquí a 10 meses que faltan para las elecciones en EU y apenas cuatro para las mexicanas, nada cambiará en la política migratoria y tampoco el combate al crimen.
Quien resulte ganadora o ganador de los comicios del 2 de junio tendrá que preparar la estrategia que frene los ímpetus de Trump, si obtiene la victoria y prepararse para un cambio en la relación con Estados Unidos mientras Biden está en el poder y que busca retener y para ello tendrá que mostrarse menos condescendiente con el gobierno del señor López.
Como quiera que se quiera mirar, la elección presidencial mexicana influirá en el ánimo de los votantes de la Unión Americana. Si como presume el huésped temporal de Palacio Nacional la candidata de Morena alcanzará el triunfo, implicaría que habrá relevo solamente para seguir igual. Eso lo saben los estadounidenses. Si por el contrario, la candidata de la oposición se levanta con la victoria, movería las piezas del tablero de ajedrez de demócratas y republicanos.
Ser vecino de la nación todavía más poderosa del mundo no es fácil. Y para el otro lado de la frontera, es sumamente difícil aceptar condiciones del gobierno del país que tiene 3 mil kilómetros con su frontera que vulneren sus intereses.
Quizá como nunca, cuando se empatan las elecciones de los dos países, las cosas están complejas aunque se hable de la “excelente relación” entre ambos.
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