A Propósito de los Violentos Sucesos en el Ecuador

SILVESTRE VILLEGAS REVUELTAS 

 

Para los estudiosos latinoamericanistas que han analizado los muy complicados procesos que caracterizaron la formación de los muy diferentes países hispanoamericanos, éstos han terminado por subrayar que las profundas crisis de inestabilidad política terminan por ahondar los problemas de pobreza entre la población y en acrecentar la debilidad en sus instituciones de gobierno. Latinoamérica, señaló un académico renombrado, ha viajado y viaja en una noche profunda con amenazas de tormenta que se alternan con pocos, pero muy luminosos episodios de luminosidad que han sido y pueden convertirse en cambios revolucionarios, modernizadores, que han brindado una felicidad muy momentánea a sus pobladores. 

Los que saben, sostienen que el régimen constitucional del Ecuador es un galimatías jurídico porque desarma al Ejecutivo, tampoco empodera al poder Legislativo y en cambio  posiciona a la Corte como un elemento con más poderes y facultades que las realmente convenientes para un régimen republicano que debe propender al equilibrio y vigilancia entre los tres poderes republicanos. Tal situación descrita ha provocado que se destituyan presidentes por carecer de las facultades mentales para ejercer la presidencia; se han removido jefes del Ejecutivo porque sus proyectos de gobierno chocaron con los intereses de la Corte y del Legislativo y los intereses económicos. En un sentido positivo se han destituido presidentes porque se les encontraron actos de corrupción. Todo lo anterior ha redundado en que los titulares del Ejecutivo tengan poco poder y si ello puede resultar positivo en países como Suiza donde la estabilidad y el aburrimiento es la norma, no es conveniente en estados perenemente revolucionados como Ecuador, Bolivia o Guatemala.

 

Los noticieros mexicanos dieron la información acerca de que diversos miembros del crimen organizado ligado a las mafias del narcotráfico en Ecuador se habían amotinado en las cárceles debido a la fuga de uno de sus jefes, habían quemado autos, se sucedieron balaceras, y lo más impresionante fueron las imágenes de cuando un comando de sujetos armados tomaron las instalaciones de un canal de televisión y encañonaron a los presentadores y empleados de la misma. ¿Qué grado de descomposición social y ausencia legítima del uso de la fuerza oficial se ha abatido sobre el país sudamericano para que sucedan semejantes actos de violencia? Cuando se escriben estas líneas (10.01.24) no sabemos cómo se desarrollará el conflicto ecuatoriano, pero dichas imágenes me recordaron aquellas en 2020 cuando en el mismo Ecuador se dejaban los cadáveres resultantes del COVID en plena calle, porque no había quién se hiciera responsable de su recolección y enterramiento. Uno y otro sucesos, muy diferentes, coinciden en mostrar la fragilidad y, quizá inoperancia del estado en la república del Ecuador.      

 

¿Pueden repetirse las imágenes en México del narco-comando que tomó la estación de televisión? La respuesta es positiva, y ya se han manifestado de otra forma pero en el mismo sentido cuando hace años, y en Cuernavaca, el narco se comunicó con varias estaciones de radio para que avisaran a la gente que se quedara en sus casas, porque durante dicha noche habría ajustes de cuentas entre los grupos criminales. Ello, olivándonos de los muchos episodios donde el crimen organizado ha dejado mensajes intimidatorios, ha asesinado periodistas y comunicadores en diferentes ciudades de la república mexicana. En las últimas semanas se han dado noticias del enfrentamiento en Chiapas entre grupos de narco rivales y la forma como la población ha quedado en medio, sufriendo pérdidas y en un estado de nerviosismo total debido a que no se puede saber cuándo tocará la refriega cerca del domicilio particular o en la calle donde se vaya caminando y resulte uno en víctima o daño colateral. 

 

¿Qué está fallando en Ecuador, México, pero también en los Estados Unidos, España u Holanda, donde los problemas derivados del narcotráfico afectan en su conjunto a la sociedad y donde el estado, en cada caso, no logra resolver cabalmente la seguridad que debe brindarle a la ciudadanía, elemento indispensable del pacto social? Primero, es reconocer que todos están afectados por el mismo problema. Segundo, las inmensas ganancias que obtiene el narcotráfico por diversos medios y de su evolución en mercados y artículos más legítimos. Tercero, existe una cultura popular que presenta los vicios derivados del narco como algo normal, como algo a ser repetido e imitado, inclusive como algo chic entre las clases altas, y vicioso entre las clases más depauperadas. Finalmente, el problema del narcotráfico en el mundo contemporáneo es resultado directo de una visión sesgada, errónea, del liberalismo socio-económico que ha confundido las libertades con un libertinaje disolvente.   

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