El bombardeo estadounidense se perpetró después de que los hutíes lanzaran un misil en dirección al sur del mar Rojo.
Medios de prensa reportaron este sábado que la Marina de Estados Unidos (EE.UU.) perpetró un nuevo ataque aéreo a una base militar de los hutíes de Yemen, ubicada en la ciudad portuaria de Al Hudeida.
El bombardeo estadounidense se perpetró después de que los hutíes lanzaran un misil en dirección al sur del mar Rojo.
De acuerdo con medios internacionales, que citan a una fuente militar vinculada a los rebeldes hutíes, fue alcanzado «el lugar desde el que se lanzó un cohete hutí en las afueras de Al Hudeida». Ni EE.UU. ni los rebeldes se han pronunciado sobre el ataque, el tercero durante las últimas horas.
Esta madrugada (03H45 GMT hora local, esto es 00H45 GMT) EE.UU. bombardeó por segundo día consecutivo territorio yemení, al lanzar misiles Tomahawk desde el crucero estadounidense USS Carney contra la referida base en Al Hudeida y otro emplazamiento militar hutí cercano al aeropuerto internacional de Saná (capital).
«No hubo pérdidas material ni humanas tras el ataque”, El subdirector de comunicaciones de los hutíes, Nasreddin Amer, declaró a un medio internacional que «no hubo pérdidas materiales ni humanas» tras ese ataque.
Añadió: «Todos los estadounidenses sufrirán las consecuencias de esta agresión. La respuesta no tardará en llegar”.
La primera agresión ocurrió en la madrugada del viernes. La perpetraron militares de EE.UU. y Reino Unido, con el apoyo de Australia, Baréin, Canadá y los Países Bajos. Los tres ataques se han dirigido a destruir capacidades de los rebeldes hutíes para lanzar misiles y drones contra barcos israelíes o que se dirijan a puertos en Palestina ocupada con ayuda para el ente sionista.
De acuerdo con las Fuerzas Armadas de Yemen, la primera agresión comprendió 73 ataques contra objetivos en Saná y las gobernaciones de Al Hudeidah, Taiz, Hajjah y Saada. Estos provocaron el martirio de cinco combatientes hutíes y heridas a otros seis.
Las FF.AA. yemeníes responsabilizaron a EE.UU. y Reino Unido por sus criminales agresiones. Subrayaron que esta no quedaría sin respuesta ni castigado. Ratificaron que no depondrán su solidaridad con el pueblo palestino oprimido por Israel, lo cual consideran un deber.
Además, reiteraron su compromiso con la navegación segura en los mares Rojo y Arábigo, salvo para buques israelíes o que se dirijan a puertos en territorios palestinos ocupados.
Luego de los ataques, el presidente de EE.UU., Joe Biden, dijo que estos «respetan el derecho internacional y la Carta de la ONU». Por su parte, el primer ministro británico, Rishi Sunak, valoró que fueron un «acto de defensa propia».(TeleSur)