Todo a Medias y se Presume Como Construcción en Tiempo Récord

*Primero el AIFA, Después Dos Bocas 

y Ahora el Tren Maya

*Se Exalta que se “Concluyó” en un

Sexenio… de 8 Años

*Los Costos se Elevaron al Doble y al

Triple en 60 Meses

 

JOEL ARMENDARIZ

 

Una de las costumbres más arraigadas del gobierno la cuarta deformación y que encabeza en presidente Andrés Manuel López es “cumplir, a como dé lugar” las fechas de inauguraciones de sus oropelescas y costosas obras.

Así ocurrió con el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) en donde se cortó el listón inaugural el 21 de marzo de 2022. 

Gran “obra”… “el mejor Aeropuerto del mundo”… “construido en tiempo récord”.

La fiesta fue en grande.

Pero el aeropuerto, a un año y 7 meses de “inaugurado” aún está en “obra”.

Las vialidades no están terminadas, el Tren Interurbano está inconcluso –y antes de la inauguración nos exhibieron un video en el que viajaba el presidente y sus allegados a bordo del interurbano y se mostraba por la ventanilla la velocidad con la que circulaba-, la zona de hangares para el depósito de mercancías carece de áreas de refrigeración y en la época de lluvia, los corredores del AIFA se convirtieron en lago. 

Originalmente se anunció que contaría con 24 slots y finalmente quedó en 14. No ha logrado reducir los conflictos por exceso de pasajeros del AICM y tampoco se ha integrado la red metropolitana con el Aeropuerto de Toluca.

A estas alturas, lejos de la fecha inaugural, carece de una zona comercial y de servicio de taxi. Es, en síntesis, una obra inconclusa que se utiliza para presionar a las aerolíneas a trasferir vuelos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México al AIFA, por decreto se ordenó que todas las llegadas de naves de carga tendrán que descargar en el “más moderno aeropuerto del mundo”.

Pero está inaugurada oficialmente. Aquel día del natalicio de Benito Juárez, la música de mariachis y las tlayudas, la hicieron en grande.

Se deberá analizar, cuando se decida que la información debe ser pública y deje de estar protegida por la aplicación de “son obras de seguridad nacional”, el costo total. Se había informado que costaría 85 mil millones de pesos, lo que representaba un “ahorro de 200 mil millones de pesos” con respecto al NAIM, derruido por órdenes de un presidente electo y sin entrar en funciones.

Los datos obtenidos por investigadores de México Evalúa, Mexicanos Contra la Corrupción y a Impunidad, entre otras organizaciones de la sociedad civil, han expuesto que el costo frisará los 130 mil millones de pesos y requerirá de subsidios, como hasta ahora, de alrededor de mil 700 millones de pesos anuales.

Hay que añadir que el Gobierno federal debe aún 4 mil millones de dólares por concepto de los bonos soberanos emitidos para la construcción del NAIM y que se cubrirían con el TUA, situación que cambió al asumir la administración del AICM la Secretaría de Marina.

Sin embargo, el AIFA “ya opera y tiene vuelos internacionales”. Dos, por cierto.

DOS BOCAS EL, MISMO ENGAÑO

Encarrerado por lo engaños de la entonces secretaria de Energía, Rocío Nahle –hoy coordinadora, precandidata de Morena al gobierno de Veracruz- tres meses más tarde, el primero de julio de 2022, la nueva refinería, la séptima del país –sin contar la de Deer Park- llamada originalmente Dos Bocas y rebautizada con el nombre de Olmeca, “fue inaugurada”.

A finales de 2023, 17 meses después, haber sido cortado el listón y de anunciar que México “por fin será autosuficiente en gasolinas”, la refinería sigue sin refinar un solo barril de crudo para convertirlo en gasolina y diésel.

Una refinería que se presume será de lo más moderno y eficiente en comparación con otras del mundo. 

Construida por empresas mexicanas ante el rechazo presidencial a las ofertas de las especializadas en el desarrollo de refinerías y cuyo prestigio se sustentaba en la construcción de varias en Arabia Saudita, en el Mar del Norte y Estados Unidos, hasta ahora los resultados son nulos.

Sí, se inauguró el “cascarón” de oficinas. No de la planta.

La presentación de las empresas extranjeras estableció dos limitantes: 1.- Imposible construirla bajo las normas internacionales en solo 5 años y, 2.- El costo alcanzará los 12 mil millones de dólares. Se les descalificó.

Entonces se anunció que la harían empresas mexicanas en el tiempo de 5 años y meses y el costo sería de 8 mil millones de dólares.

Cinco años después, no está terminada pero sí inaugurada.

Cinco años después el costo no ha sido de 8 mil sino de 22 mil millones de dólares y contando.

A la fecha, las instalaciones de la Olmeca registran fallas de importancia. Desde su planeación se advirtió que en Paraíso, Tabasco, no era el lugar ideal para construirla. La voz de los expertos no fue escuchada. 

Con los ciclones que azotan el Atlántico y que aquí termina en el Golfo de México, las instalaciones sufren de inundaciones permanentemente. No se sabe si el problema ha sido resuelto. En cuanto a la refinación, la todavía entonces titular de Energía, Nahle, informó que faltaban piezas para ensamblar en su totalidad la planta de producción.

Y desde julio primero de 2022, se “iniciaron las pruebas de refinación”.

Han pasado 17 meses y, aunque inaugurada oficialmente, no ha refinado un solo barril de crudo y menos de combustóleo.

Y ¡VAAAAMMMONNNNOS!

Aquellas expresiones de los ferrocarrileros cuando el ferrocarril comenzaba a avanzar, primero con máquinas de vapor, después de diésel y finalmente con energía eléctrica o combinación, desaparecieron cuando Ernesto Zedillo Ponce de León subastó la empresa Ferrocarriles de México y los trenes de pasajeros dejaron de correr por las vías federales.

Anunciada como la “obra más importante del mundo”, se inició la construcción, acompañada de la devastación de la selva, del llamado Tren Maya.

El proyecto ejecutivo contempló el uso de las vías utilizadas años antes por el Ferrocarril del Sureste. Se informó que el derecho de vía, estaba zanjado desde el momento de hacer uso de lo existente.

Se planearon 7 tramos desde Chetumal hasta Cancún, pasando por Yucatán, Tabasco y Quintana Roo.

Un proyecto que establece mil 554 kilómetros de longitud y un costo estimado en 135 mil millones de pesos. A la fecha y todavía en el Presupuesto de la Federación para 2024 se asignaron 124 mil millones de pesos.

Durante los tres años de construcción se han asignado cerca de 320 mil millones de pesos más los que se presupuestaron para 2024, sin que se justifique la razón.

Al inicio de la obra y en base al proyecto ejecutivo, se aseguró que no se tocaría ninguna parte de la selva, que se respetaría la flora y la fauna y que los cenotes sagrados y los ríos submarinos, considerados por los espeleólogos los más importantes del planeta no serían afectados.

Sin embargo, se devastaron miles de hectáreas, se derrumbaron miles de árboles, se realizaron perforaciones en donde circula el agua de los ríos submarinos y se puso en riesgo el valor de la cultura milenaria.

Algunas organizaciones de ambientalistas presentaron solicitud de amparo para evitar que siguiera el daño irreparable y lo consiguieron. Sin embargo, la secretaria del Medio Ambiente y recursos Naturales, María Luis Albores, otorgó los permisos de impacto ambiental sin atender las peticiones de quienes radican y conocen la zona más allá de la terracería.

Todo lo anterior “ha sido superado” y por ello, siguiendo las acciones del año pasado con el AIFA y la Olmeca, el presidente inauguró el Tren Maya… un tramo de 473 kilómetros, 30 por ciento del total de vías que habrá de recorrer, algún día la obra que se “construyó en tiempo récord”.

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