Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Terna familiar: Bertha María Alcalde Luján, Lenia Batres Guadarrama y María Estela Ríos, todas ellas de la “familia cuatroteista”, son quienes la integran para que el Senado de la República decida cuál de ellas se convierte en la ministra 11 de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
La hermana de la secretaria de Gobernación y que ahora desempeña de manera fugaz el cargo de comisionada en la >Cofepris y que buscó ser la primera presidenta del Instituto Nacional Electoral y se quedó con las ganas de tener un empleo “fijo” por nueve años, ahora podría tener uno por 1800 meses.
Al igual que el anhelado cargo que no obtuvo, en la Corte ganará el triple de salario que dice desquitar el huésped temporal de Palacio Nacional. EN el que se le fue solamente doblaría el sueldo del tabasqueño.
Por ser parte de la familia, en la terna está Lenia Batres Guadarrama, hermana del jefe de gobierno de la Ciudad de México y quien tiene otra hermana encumbrada: Valentina, allá en el Congreso de la Capital del País.
Y la tercera en discordia es la sucesora de Julio Scherer Ibarra, la abogada María Estela Ríos, quien no ganó una sola de sus reclamaciones al Poder Judicial de la Federación.
Algo tienen en común: cualquiera de ellas se unirá al equipo de spies que encabezan Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz, quienes, en palabras presidenciales, presuntamente le informan lo que ocurre en el edificio vecino en el ala sur de Palacio Nacional.
Extraña la propuesta.
Porque el ciudadano presidente ha sostenido a lo largo de casi cinco años, que no irán a los cargos públicos los familiares suyos ni los de sus colaboradores.
Según la información, Batres es consejera Adjunta de Legislación y Estudios Normativos de la Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal y Alcalde Comisionada de Operación Sanitaria de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios.
De Ríos ya se sabe.
Las tres son abogadas. Dos de ellas aparecieron en la escena pública .quizá ya estaban pero no eran visibles- en la actual administración. Una ya tenía sus tablas en política y en legislativo.
Es seguro que los sumisos senadores de Morena, PT, PES y PVEM intenten aprobar el nombramiento de cualquiera de ellas. Sin embargo, podrían no recibir el visto bueno.
La razón: el artículo 96, primer párrafo de la Constitución, establece que se requiere las dos terceras partes de los senadores presentes y que emitan el voto a favor en la parte proporcional.
De todas formas, si el Senado no aprueba a ninguna, el presidente tiene facultad de presentar otra terna y si tampoco pasa, entonces designará personalmente a la nueva ministra.
Sea quien fuere la elegida, de ésta u otra terna, habrá la quinta mujer en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
De llamar la atención que la hermana de la secretaria de Gobernación busque empleo que le garantice su futuro… económico, porque el político ya lo tiene definido por la gracia del dedo flamígero que lo mismo se eleva para salvar vidas que se dobla hacia abajo para acabar con los adversarios.
¿Cuáles son los méritos de la señorita Bertha para convertirse en la ministra número 11?
Sin duda, el poder de su hermana y la imposición del que se va en menos de un año. Quiere dejar carro completo para que le cuiden ¿la espalda?
Por lo pronto, protege a “la familia”…
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