Los Bears derrotaron 40-20 a los Commanders para firmar el primer triunfo de la campaña. El mariscal de campo brilló con cuatro pases de touchdown, mientras que el receptor conquistó la zona prometida en tres ocasiones y finalizó el encuentro con 230 yardas, la mayor producción de su carrera.
Chicago ofreció una versión demoledora en la primera mitad, pero batalló en la segunda. Eso no quita que Justin Fields de a poco regrese a ese nivel que llegó a emocionar en la campaña pasada y que había estado ausente en las primeras semanas. El mariscal de campo se ve más suelto y con más confianza; es decir, siempre al borde de la jugada grande.
Se mostraron dominantes en los primeros cuartos con un DJ Moore en su versión estelar. El receptor aportó jugadas de largo yardaje y sobre todo puntos, al anotar los primeros dos touchdowns de Chicago. Todavía, para dejar en claro el dominio, los visitantes aumentaron la ventaja casi al final del segundo cuarto con un touchdown del ala cerrada Cole Kmet, a pase de un motivado Justin Fields, que para entonces firmaba el tercero de la noche.
Para el descanso los Bears se fueron al descanso con una ventaja de 27-3 y en realidad, nada hacía pensar que los Commanders pudieran encontrar la fórmula para despertar.
Pero el equipo de Washington, sin embargo, es un equipo valiente y su mariscal de campo Sam Howell ha demostrado tener la capacidad para dejar atrás sus errores. La intercepción que sufrió en la primera mitad no mermó su confianza y desde ahí comenzó a construir la reacción.
Los Commanders comenzaron a mover las cadenas y lo que antes no salía ahora sí. Así llegó el primer touchdown, tras pase de Howell a Logan Thomas, y luego otro más, con Curtis Samuel. En la seguidilla de puntos de los locales los Bears apenas pudieron poner otros tres puntos en la pizarra, insuficientes para dar un golpe de autoridad y liquidar el encuentro.
Hasta que una vez más la realidad los alcanzó y un pase de 55 yardas de Fields a Moore selló el triunfo, el primero de la campaña.