POR ARGENTUM
A alguien no gustó que Omar García Harfuch se perfilara para alcanzar la candidatura para gobernar la Ciudad de México; y reaccionó.
García Harfuch no hizo mal papel como jefe policiaco de la capital de la República Mexicana. En la calle era común escuchar que gozaba de mejores simpatías que la propia jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Estas simpatías, con el tiempo, podrían convertirse en votos si conseguía ser el candidato a la jefatura de gobierno de la CDMX.
La ahora ex jefa de Gobierno así lo ponderó. Sabía que las encuestas le favorecían, que la gente podría apoyarlo para que enfrentara con éxito al frente opositor PAN.PRI.PRD.
El exjefe policiaco está en los afectos de Claudia Sheinbaum quien, una vez empoderada y con el bastón de mando en todo lo alto, lo puso en la competencia para el cargo que ella ocupó. Consideró que su manto protector lo libraría de todos los antecedentes que como pesado fardo carga sobre sus espaldas. Un detalle no consideró: que el presidente de la República no lo tenía en sus afectos por los vínculos con Genaro García Luna, y otros “pecadillos”.
A pesar de que el hijo del exdirigente nacional del PRI, Javier García Paniagua, acaba de afiliarse a Morena, los grupos morenistas más radicales no han digerido su probable candidatura para la ciudad que tiene el segundo padrón nacional de electores.
El exsecretario de Seguridad Ciudadana, ha sido mencionado en las investigaciones sobre los 43 normalistas desaparecidos en Iguala Guerrero. En la presentación a los medios de comunicación del Segundo Informe de la Presidencia de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa, el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas confirmó que el nombre de García Harfuch sí aparece en algunos informes reservados evidenciando lo que el exfuncionario había negado y sigue negando, como lo hizo recientemente ante el periodista Joaquín López Dóriga.
Las declaraciones de Alejandro Encinas sobre los antecedentes policiacos del más fuerte aspirante a la jefatura de Gobierno, debieron haber sido muy bien pensadas y hasta consultadas con quien gobierna al País, ya que podrían modificar los escenarios electorales incluso nacionales.
Además del cargo como delegado de la Policía Federal en Iguala cuando ocurrió la desaparición de los 43, tema que como piedra en el zapato incomoda al presidente López Obrador; trae otro asunto igual de incómodo: sus vínculos con el magnate Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca y Electra, por sus incómodas declaraciones en contra de la 4T.
A la par de la renuncia de Omar García a su cargo, el presidente reacciona y encarta al doctor Hugo López Gatell para el mismo cargo. Algunos tomaron esta decisión del jefe de Morena como un mensaje para Claudia Sheinbaum, que no entendió o no quiso entender.
Otro detalle que retumbó por todos lados, fue el vídeo circulado en redes sociales, en el que hombres armados ostentándose como integrantes de un cártel, hacen fuertes señalamientos contra García Harfuch. Sin que tengan algo en común ambos acontecimientos, resulta curioso que las declaraciones de Encinas y la difusión del video hayan coincidido en el mismo día.
Sin entrar en detalles del vídeo, destaca que quien hace uso de la voz lea el comunicado con aceptable estructura gramatical, buena modulación, y dándole una entonación diferente al apellido “Harfuch”, pronunciando la “a” como si fuera “e”.